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La Bienal Imaginaria


 

La novela histórica es un género literario que permite decir mentiras sobre hechos históricos que también, en la mayoría de los casos, no son ciertos. Los novelistas escriben mejor que los historiadores, por lo cual las mentiras de los primeros terminan imponiéndose sobre las de los segundos, y escribiendo una nueva historia más mentirosa aun. Por eso muchos creen que la Pola fue linda, que Beethoven era un perro San Bernardo y Leonardo un actor de cine o una tortuga ninja.

Envalentonado con la esperanza de que se vuelvan historia, puedo escribir los textos más simples esta noche, escribir por ejemplo una breve novela histórica (breve es mejor) sobre una imaginaria Bienal Colombiana de Arquitectura.

El 31 de agosto de un año que no diré, el jurado de la Bienal se reunió en Santa Fe. De él hacía parte, como era costumbre, un invitado internacional que aportaba su refrescante ignorancia del medio, y su desconocimiento de pequeñas rencillas o preferencias parroquiales a un juzgamiento imparcial. Pero esa ignorancia se traducía a menudo en incomodas preguntas que lo convertían en una piedra en el zapato, como sucedió en esta oportunidad.

La primera pregunta de Piedra-en-el-zapato fue: Todos sabemos que la buena arquitectura se caracteriza por conservar su calidad durante toda su vida útil. Por qué no exigen entonces que los proyectos participantes tengan más de diez años de construidos, para evitar que se premie la arquitectura de moda que con el tiempo se ve ridícula y obsoleta? Después de un tiempo prudencial de dudas y carraspera, alguien explico que, como en el Coliseo, las tribunas exigían sangre nueva. Entonces – continuó preguntando Piedra-en-el-zapato – por qué no establecen la categoría de “Toda una vida” para el mejor proyecto de todos los tiempos, independiente de su edad. Sería interesante verificar cuales de estos proyectos fueron premiados en su momento en Bienales, y cuales rechazados. El presidente del jurado ordenó hábilmente un cambio de tercio y para iniciar el juzgamiento, leyó el tema de la Bienal: “Arquitectura y comunidad”.

Nuevamente Piedra-en-el-zapato metió el dedo en la llaga y preguntó: En una pasada Bienal el tema fue “Construyendo valor con la poética del lugar”. En Colombia los arquitectos diseñan durante dos años con base en un tema, los siguientes dos años con base en otro tema y así sucesivamente? No diseñan, como en todo el mundo, analizando simultáneamente todos los factores que conforman un proyecto? El proyecto ganador es aquel que acierta el tema de la siguiente Bienal y diseña con base en él?. El mismo alguien que antes carraspeó y después contestó que las tribunas exigían sangre nueva, aclaró que no importa, que no te preocupes, que finalmente el tema del tema es un anzuelo publicitario que no se tiene en cuenta al momento de juzgar, que esto lo puedes comprobar con las actas anteriores, que tranquilo, que ahora sí a lo que vinimos, que a juzgar.

Después de largas sesiones se adjudicaron los premios a los mejores proyectos de siete de las ocho categorías. Cuando más tarde se conocieron los resultados, no hubo comentarios ni protestas, posiblemente por:

–       La Bienal fue bien juzgada.

–       A los arquitectos no les interesa

–       A los que les interesa, les da pereza escribir.

–       A los que les interesa y no les da pereza escribir, nadie les para bolas.

Faltaba juzgar la última categoría: Vivienda de Interés Social. Nuevamente el dedo de Piedra-en-el-zapato se metió en la llaga: Por que llaman en Colombia de ”Interés Social” a la vivienda económica, si en el resto del mundo toda la vivienda es considerada de Interés Social?. Como nadie, ni siquiera el alguien de siempre, supo que contestar, continuaron el juzgamiento y declararon desierto el premio.

Entonces Piedra-en-el-zapato gastó sus últimos cartuchos y metió en la llaga los dedos que le quedaban: He visto que en anteriores oportunidades también han declarado desierto el premio de esta categoría: Es que los arquitectos colombianos no son capaces de diseñar una buena vivienda económica?  Es que el tema no es importante? Es que no es rentable? Es que el jurado no sabe del tema o es demasiado exigente?.

En este momento un hecho insólito interrumpió el incomodo silencio. El plano de una sencilla casita se desprendió de la pared y cayó boca arriba mirando al jurado con sus dos ventanitas a manera de ojos, como diciendo mírenme por favor. Habían pasado por alto esta vivienda elemental, recatada, adecuada al entorno, con posibilidades de crecer y adaptarse a las necesidades cambiantes de la familia, de fácil y económica construcción. Los jurados se miraron.

Para relatar el sorprendente final de la historia, plagio a José Manuel Marroquín, ese poeta-presidente que por andar rimando pendejadas (como uno) regaló un país. Al menos eso cuentan la historia y las novelas históricas:

Y aquella casita si

Para sorpresa del gremio

(cosa es de volverse loco)

No pudo ganar tampoco

El tan codiciado premio.

 

Mr. Stone-in-the-shoe dijo good by y abordó el avión con la esperanza de never volver a ser invitado como jurado de la Bienal Colombiana de Arquitectura.

Willy Drews

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Comentarios sobre Arquitectura IMPONENTE

Diciembre 11-2010

Miguel Mesa dedica su columna “Una cosa más” (Revista Arcadia 63) al tema de la arquitectura IMPONENTE. Se sorprende de que lleguemos a preferir “lo abstracto sobre la vida de la cosa, lo que tiene valor de cambio (cálculo, mesura) sobre lo que tiene valor de uso (animación, función)”. La arquitectura “imponente, lo es casi con seguridad porque se ha impuesto a algo o a alguien”, lo cual la hace antipática “Se trata de arquitecturas más estilísticas y enfrascadas que oportunas o vitales”. “Las arquitecturas imponentes son esas que parten la ciudad, la anulan y son signos de inequidad”.”Pero los edificios imponentes son impotentes: no saben nada de la geografía, el clima o el urbanismo. Edificios herméticos que aterrizan impávidos en la calle y se mantienen con aire acondicionado en el trópico”. Hasta aquí Miguel.

Seamos justos, Miguel. La verdadera arquitectura imponente (que la hay) no es culpable de que le adjudiquen el criticado adjetivo; nace sin pretensiones y su calidad, el cumplimiento de la función para la cual fue creada, la estética resultante de la ética de su diseño y la aceptación y cariño de sus usuarios durante años (ojalá muchos) la convierten, sin quererlo, en imponente. Es el caso del Partenón, el Taj Majal, Santa Sofía, la Torre Eiffel, la Opera de Sídney, y otras más, no muchas, que se convierten además en obras emblemáticas de una ciudad o un país.

Nos referimos entonces a esa arquitectura mediática que nace del arquitecto pedante, la enaltece la revista de moda, y finalmente el público borrego califica automáticamente de imponente. Es esa arquitectura nouvelera, hadidnutil, koolhaastiada, gehrympactante que se destaca por ser la más ostentosa, o la más cara, o la más alta, o la más absurda, o la del mayor voladizo innecesario. Son los falsos positivos de la arquitectura.

Pero hay días en que somos tan móviles, tan móviles,… que nos damos cuenta de que el hecho de que un edificio en forma de supositorio afecte la silueta de Barcelona, no lo convierte en imponente. Y empieza el derrumbe de esa falsa arquitectura.

Entretanto las ciudades crecen albergando no solamente los edificios prepotentes, sino también aquellos que se acomodan discretamente en el paisaje urbano respetando la historia, la geografía, la cultura y las características del entorno, conformando espacios acogedores y socializantes. Es esa arquitectura aaltodenada, jacobsencilla, sisaccesible, salmonamable, moneoportuna, que se agradece poco y se publica con desidia para la inmensa minoría.

Milan Kundera afirma en “El arte de la novela”: “Antaño, yo también consideré que el porvenir era el único juez competente de nuestras obras y de nuestros actos. Sólo más tarde comprendí que el flirteo con el porvenir es el peor de los conformismos, la cobarde adulación del más fuerte. Porque el porvenir es siempre más fuerte que el presente. El es el que, en efecto, nos juzgará. Y por supuesto sin competencia alguna.”

Creo en Kundera y, aunque sin competencia, confío en que el porvenir, ese juez duro e insobornable, sepa distinguir entre la buena arquitectura que produce mejores ciudades, y la falsa imponente que las deslumbra por un día.

Willy Drews

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Por una crítica fundamentada y enriquecedora

(una respuesta propositiva a «Por un espacio para la crítica», Guillermo Fischer, Torre de Babel, 2 de noviembre de 2010)

En Colombia, la gran mayoría de arquitectos tenemos un conocimiento insuficiente de la arquitectura que produce en nuestro propio país, ya sea ésta buena, regular o mala. Con esto en mente y considerando que esta situación de desinformación es grave, se ideó y gestó A57 / Arquitectura en Colombia.  Conscientes de lo negativo que puede resultar publicar sólo proyectos y especialmente sólo imágenes de algunos proyectos, decidimos ampliar el espectro de lo que es y lo que puede ser arquitectura al incluir diferentes secciones como actualidad, crónica, reseña, opinión, entrevista, publicaciones etc. En cuanto a la sección “Proyecto”, nuestra posición es clara: Creemos que se deben publicar obras que, por alguna u otra razón pueden resultar interesantes, arquitecturas que no se parecen necesariamente entre sí, y que se deben publicar de una manera que permita al lector entender algo de lo que está detrás del proyecto y después hacer su propio análisis y tomar una posición al respecto: por eso hemos procurado no sólo publicar imágenes, sino texto que, bajo el formato entrevista,  da voz a los arquitectos sobre diferentes aspectos de una obra.

Creemos que en Colombia hace falta interacción y debate sobre la arquitectura local y los temas de agenda pública que les incumben a los arquitectos. Cualquier iniciativa en este sentido merece ser escuchada, independiente del tema, y en este sentido A57 cumple un papel activo divulgando constantemente lo que aparece publicado en otros medios, uno siendo Torre de Babel. Creemos que la interacción y la opinión se producen en lugares físicos y virtuales, en medios impresos y electrónicos, entre amigos y entre colegas. Nosotros hemos intentado promover esta interacción tanto como hemos podido, porque ahí es que surge la actitud crítica, la toma de posición frente a un tema.

Notamos que la comunidad de arquitectos colombianos no está acostumbrada a buscar -y tomar- la crítica o una  opinión como un medio para enriquecerse intelectualmente. Una crítica constructiva se diferencia de un ataque personal por fundamentarse en conocimiento de causa; en el estudio y la valoración de la información pertinente y sobretodo por adoptar una actitud propositiva al respecto. En este sentido, el papel de medios de comunicación y difusión como A57 -y Torre de Babel- es  apostar por una crítica constructiva, un intercambio respetuoso de ideas, un debate donde los participantes, cualquiera que esté dispuesto a hacerlo,  pueda expresar su opinión y adoptar una posición respecto a un tema sin ser atacado por ello.

Nuestros comentarios en el artículo “Compositores e intérpretes”, realizados a título personal no deben interpretarse como una descalificación del trabajo de Torre de Babel ni de ninguno de sus escritores, sino invitaciones a participar de un debate pertinente, donde no se trata de establecer quien tiene o no  la razón, sino de intentar argumentar ideas y de  buscar la crítica de la obra más que de la imagen de la obra.

Esperamos que Torre de Babel y todos los arquitectos acepten este reto  y  los invitamos a seguir intercambiando ideas y experiencias desde A57.

Maarten Goossens y Ana María Pinzón

A57 / Arquitectura en Colombia – info@a57.org

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Por un espacio para la crítica

Desde la dirección del portal A57 , Ana María Pinzón y Maarten Goossens , en sus comentarios al artículo Compositores e interpretes, [1] manifiestan su molestia por el hecho de que todavía exista la discusión sobre la copia, tema que al parecer les parece agotado o resuelto, pero sin decir porqué.

Existen muchísimos portales que hacen exactamente lo mismo que las muchísimas revistas de arquitectura, cuyo objeto comercial es la divulgación de arquitectura reciente, y aunque se califiquen de apóstoles de la arquitectura “de vanguardia” “nueva arquitectura” o “arquitectura emergente”, el hecho real es que ésta resulta  siendo la más fácil de vender, la más comercial, la más fácil de mediatizar. Para los que la vemos desde la otra orilla se llama simplemente “arquitectura espectáculo” y se explica claramente porque representa mejores  ingresos.

Dado que el producto que se vende en estos portales y revistas es ante todo la imagen, sin que importe de dónde viene,  ni cómo se produce, cualquier indagación en este sentido puede dañar el producto. Por este camino, la arquitectura es presentada por medio de fotos y descripciones frívolas, y cuidadosamente despojada de cualquier análisis.

La más  grave consecuencia de lo anterior  es que la información se presenta absolutamente alienada, y termina por alienar el juicio del lector sobre la arquitectura en general. Deduzco de los comentarios de los editores de A57 que es de su  interés  que la discusión sobre el plagio no continúe, porque la discusión es  algo que puede “magullar” la mercancía que pretenden vender. No es la primera vez que se trata de acallar la discusión sobre este tema que afecta a las mal llamadas vanguardias colombianas y latinoamericanas.

En cambio, encontramos que los portales y espacios de crítica, donde se razone sobre la arquitectura de manera intelectual, se cuentan con los dedos de una mano: Vitruvius en Brasil , el desaparecido Crítica y Arquitectura  de Mario Rosaldo  y Bazar Americano en Argentina. [2]

La SCA ha evitado, por no decir vetado, cualquier discusión del tema  en Bienales y Congresos. Otros mercaderes de la imagen, como Miquel Adriá, editor de Arquine, han tratado también de eliminar  la discusión, calificando incluso de  “reaccionarios” a quienes hemos argumentado y discutido de manera abierta en la Web [3]. Adriá aparentemente estaría preocupado porque una discusión como ésta trastoque el orden establecido en la mediatización de su ya bien definido nicho en el mercado arquitectónico.

Ana María pregunta: ¿Cuál es el objetivo de esta discusión? Hasta el momento he asumido que pregunta para decir indirectamente que la misma no tiene sentido, pero puede ser que su curiosidad sea genuina.

Pues bien, el tema del plagio es simplemente un fragmento de una discusión más amplia sobre el “estado del arte” en la arquitectura colombiana e iberoamericana; tema que comprende no sólo problemas relacionados con las formas de proyección, en los cuales se inscribe el plagio, sino también sobre temas abiertos hace mucho tiempo e igualmente resueltos a medias como la identidad –local, nacional o regional– o la existencia o inexistencia de la vanguardia en Latinoamérica.

El pensamiento crítico  permite, entre otros, develar lo que no se aprecia en la superficie, hacer claros los procesos de generación y producción en la proyección arquitectónica. He aquí  la importancia de la existencia de lugares para el  pensamiento crítico y  la discusión.

Torre de Babel intenta ser uno de estos lugares. Un espacio para dilucidar en torno a las ideas y planteamientos que están en la base de la arquitectura que producimos hoy en día. Nos interesa tanto discutir sobre lo que se produce como sobre los procedimientos e ideologías que rigen la producción; nos interesa, en contraposición a esta frívola abundancia mediática, ofrecer un espacio de carácter intelectual para arquitectura.

Aprovecho para reiterar que Torre de Babel  es un portal abierto a todas las colaboraciones, desde cualquier ideología. Sólo se necesitan argumentos y todos son bienvenidos.

Guillermo Fischer

[1] http://torredebabel.info/blog.php/?p=1405

[2] http://www.vitruvius.com.br/revistas/browse/arquitextos

http://www.bazaramericano.com/arquitectura/index.htm

[3] http://www.elpais.com/articulo/arte/sicarios/

orquideas/elpepuculbab/20080621elpbabart_8/Tes

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Compositores e Intérpretes

Octubre 24 – 2010

La interesante discusión sobre el plagio en arquitectura se ha concentrado en dos preguntas: ¿Cuál es la borrosa frontera entre referencia, influencia y plagio? y ¿Es antiético el plagio? La respuesta a la primera tiende a moverse al vaivén transigente o intransigente de los analistas. La segunda apunta claramente a un sí.

Yo agregaría entonces una tercera pregunta: ¿Será que estamos mezclando dos especímenes diferentes de arquitecto?

Se ha recurrido con frecuencia al símil entre música y arquitectura, empezando por la conocida frase: “La arquitectura es música congelada”, que sonaba linda hasta que un gracioso lanzó la inquietud contraria: “Es la música arquitectura derretida”? Y hasta aquí llegó la dicha. Creo, sin embargo, que este filón todavía se puede explotar, sumergiéndose en las profundidades de la tierra para extraer otra idea que rescataría algunos arquitectos atrapados en la mina: ¿Si existen en música compositores e intérpretes y nadie critica a Sasha Heifetz, Daniel Barenboim o Pablo Casals por no ser compositores, por qué no reconocemos entonces que puede haber arquitectos-compositores y arquitectos-intérpretes? Sea en música o arquitectura, se trataría de dos actividades diferentes, respetables y complementarias que enaltecen el oficio.

Se creen arquitectos-compositores quienes ejercen el oficio del diseño cuidándose de no resbalar en los oscuros caminos del plagio y caer en la categoría de arquitectos-intérpretes, que se considera peyorativa. Pero si como arquitectos-intérpretes se atreven primero a identificarse a sí mismos como tales y luego reconocen ante la comunidad arquitectónica la autoría de los diseños originales en los cuales se basan, podrían dedicar todas sus energías y capacidades a producir la mejor interpretación posible, y a prestar un servicio adecuado a la comunidad. Libres de sus remordimientos éticos, si es que alguna vez los tuvieron.

Willy Drews

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¿Medellín o Disneylandia?

Octubre 11 – 2010

Arquitectura-antídoto, orgullosamente colombiana

Quienquiera que haya creado la campaña publicitaria según la cual en Medellín se controlan la pobreza y el narcotráfico a punta de arquitectura, va bien. La efectividad de la “recordación” está para competir con la ya olvidada campaña publicitaria según la cual Bogotá, «ahora sí» va a tener “el aeropuerto que nos merecemos”. La de Eldorado, creada para el consumo local; la de Medellín, creada para el consumo internacional; una para desprestigiar, la otra para lo contrario. Ambas exitosas, y las dos, en mi opinión, equivocadas.

El último incauto en caer seducido fue el arquitecto Enrique Browne: “La arquitectura urbana colombiana ha contribuido para que cese la violencia”, repite el jingle de Browne. Así se repita y repique mil veces que la arquitectura ha disminuido el narcotráfico y la violencia, éstos ni cesan ni disminuyen. Los arquitectos, sin embargo, siguen en lo suyo, especialmente ahora que la ciudad se llena de incautos e incautables, locales e internacionales, con motivo de la doble bienal, orgullosamente colombo-iberoamericana.
http://www.mincultura.gov.co/?idcategoria=40525

Las estrategias de comunicación suponen que una mentira, una mentirilla, o una picardía bien apuntalada se vuelven verdad para la opinión pública, siempre y cuando se transmita bien el mensaje. Para Eldorado, lo propio habían hecho el director de la Aerocivil, el gerente de Opaín, el ministro de Transporte y por último el expresidente Uribe, quienes durante año y medio tararearon en la prensa nacional el estribillo «el aeropuerto que nos merecemos», mediante el cual aseguraron el otrosí para demoler; documento que ya descansa, orgullosamente, en la galería de trofeos del contratista.

A cualquiera le gustaría, no sólo oír sino que fuera verdad, que en Medellín y en Colombia, la pobreza, la violencia y el narcotráfico se están acabando. A la publicidad, entre tanto, lo que le importa es que su mensaje se instale en el cerebro del target. Punto. Hay especialistas en esto de la desinformación que ganan fortunas. Para consumo interno y más próxima que el ya olvidado Eldorado, tuvimos hace poco la exitosa campaña del excandidato Santos, quien, entre otras, mediado por una buena estrategia de comunicación logró crear en la opinión pública la idea que Antanas Mockus es ateo; cosa que no es y cosa que nunca dijo que era, pero cosa que la opinión pública creyó, y con eso basta.
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El Espectador, en su editorial del 21 de abril de 2010, invita a la moderación:
“Medellín se enfrenta a retratos defectuosos de sus problemas y de las lógicas de su transformación. De una parte, hay quienes ofrecen de la ciudad la idea de que todo sigue igual o ha empeorado, que el control de la delincuencia es absoluto, que nada se mueve sin el consentimiento del patrón de algún grupo mafioso y que a la captura de uno de ellos seguirán las retaliaciones y la recomposición de la estructura delincuencial. En el otro extremo, hay quienes promueven una imagen un tanto maquillada de una ciudad cuyos problemas de seguridad son sólo parte del pasado o en la que los conflictos que están en la base de toda esta historia han sido superados. Una imagen pesimista a la que se le opone una mirada ingenua de una realidad compleja e incierta.
Estas dos maneras de ver la ciudad tienen auditorios interesados y heterogéneos, porque el comportamiento de la seguridad se convirtió en un indicador que puede mover la favorabilidad positiva o negativamente. Eso no está mal. Pero hay que ser conscientes de la polarización que puede producirse con respecto a un tema como este y de los efectos de dicha polarización en otros aspectos del desempeño de la ciudad. Frente a estas posiciones extremas, los matices son requeridos.”

Revisemos algunos e estos «extremos»; unos escritos por analistas de la política, la sociología y la economía, cuya visión de la ciudad oscila entre el negro y el gris; los otros escritos por analistas de la arquitectura que al parecer ven en rosado.

Christopher Hawthorne:
“Over the last two or three years, a steady buzz has been building in architecture and design circles about developments in this city of 3.5 million, which through much of the 1980s and 1990s was infamous for its sky-high murder rate and viciously competitive drug cartels, including a particularly violent one led by Pablo Escobar.
Architects and urban planners who traveled to Medellín seemed to return telling some version of the same enthusiastic story about the renaissance taking place in Colombia’s second-largest city, which has been driven in large part by investment in ambitious civic architecture.”
http://www.latimes.com/entertainment/news/la-ca-medellin-20100509-1,0,2143183.story

Iker Seisdedos:
“Es la historia de la transformación de una de las ciudades más peligrosas del mundo gracias, en gran parte, a la cultura. Y puede sonar a cuento no apto para cínicos, pero es que los vecinos de la Comuna 1 prefieren creer, como esos chavales que, bajo la atenta mirada policial, relatan la metamorfosis a cambio de unos pesos.
El Parque-Biblioteca España, de Mazzanti, fue inaugurado en 2007 y forma parte de una red de cinco centros diseminados por los barrios deprimidos de la ciudad (hay en proyecto la construcción de otros cinco). Además de ofrecer servicio de préstamo de libros o de acceso a Internet, actúan como punto de encuentro y espacio público de las comunidades a las que embellecen con sus formas vanguardistas, ideadas en estudios de arquitectos de prestigio e inspiradas en la idea de que la estética puede ser motor de cambio social. Pero conviene no engañarse, aconseja el alcalde Salazar. «La violencia organizada no se combate con hip-hop».
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Instrumentos/fusiles/elpepicul/

20100705elpepicul_2/Tes

Miquel Adriá:
“Medellín se ha transformado. Cuatro años de gobierno municipal enfocado hacia el urbanismo social convirtieron un territorio de sicarios y sede del famoso cartel de la droga en una ciudad ejemplar. Cuatro años bastaron para hacer realidad un cambio radical que transformó una conurbación de guetos en una ciudad de todos, sacando a la calle a una sociedad que ha vivido oculta en sus casas durante años a causa del miedo.
Se trata de espacios públicos y abiertos, con plaza para eventos como clases de baile y conciertos, salones para la comunidad y bibliotecas rebosantes de niños, donde pocos años atrás las tropas de Pablo Escobar pagaban a cualquier adolescente un millón de pesos colombianos (unos cuarenta euros) por cada policía muerto.
http://www.elpais.com/articulo/arte/sicarios/orquideas/elpepuculbab/

20080621elpbabart_8/Tes

Vivian Acuña:
“El conjunto de parques y edificios públicos construidos por Felipe Uribe sorprende. Sus propuestas formales y urbanas transformaron la violenta ciudad de Medellín al promover la inclusión social y generar lugares disfrutables. Renuevan los usos y estimulan la sensibilidad del usuario con efectos arquitectónicos: el tratamiento de la luz, las proporciones, los cambios de escala sorpresivos, y un despliegue de colores y texturas que son, en conjunto, el resultado de elaborar una diversidad de referencias culturales.
Más aún, en los Parques de los Deseos (2003) y Pies descalzos (1999), Uribe propone un diseño sin rejas que disipó la violencia urbana al incluir abiertamente las actividades educativas y recreativas sin discriminación social. Ubicado al norte de Medellín, los Deseos integra una zona de parques aledaña al Planetario con el Jardín Botánico y la estación de metro de la Universidad de Antioquia, culturalmente afines.”
http://edant.clarin.com/suplementos/arquitectura/2008/01/29/a-01595623.htm

Randall Zúñiga:
“Queda archivada la descomunal violencia. La Biblioteca Parque España es un eslabón más en la restauración urbana y social de una ciudad devastada por el narcotráfico. El premio a Mejor Obra durante la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo lo confirma.
La ciudad de Medellín, al extremo norte de la cordillera de los Andes, representa un quebradísimo terreno en el que se producían, en el 2002, un promedio de 500 asesinatos al año derivados del narcotráfico. La situación sumió a una población de cerca de 400.000 personas en una dictadura de miedo, de la que ha sobrevivido una dictadura de pobreza.”
http://www.revistasucasa.com/contenido/articles/201/1/La-Biblioteca-de-Medellin/Paacuteginas1.html

Esther Rebollo:
“Escenario en décadas pasadas de las más violentas guerras entre bandas de narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros y sicarios, y cuna del siniestro Pablo Escobar y del cártel de la droga más temido de América, la ciudad colombiana de Medellín es hoy un ejemplo de modernidad y desarrollo económico gracias a un modelo centrado en la educación, el civismo y la convivencia.
Con 3,5 millones de habitantes en su área metropolitana, ubicada en el bello y cálido Valle de Aburrá, entre las cordilleras que se bifurcan de los Andes antes de precipitarse sobre el Caribe, Medellín ha sido objeto de una transformación que le ha convertido en destino turístico y sede de importantes eventos internacionales.
Sus vanguardistas edificaciones y su innovador sistema de transporte están dirigidos exclusivamente al ciudadano. Sirven para embellecer la ciudad, pero su cometido principal es crear espacios públicos para hacer más fácil y segura la vida de los «paisas», como se denomina a los habitantes de Medellín.
No se concibe una visita a esta ciudad sin viajar en su sofisticado, rápido e impecable Metro Cable, un teleférico que sortea empinadas colinas y lleva a los barrios donde hace pocos años nadie pisaba por temor a la violencia desgarrada.
…Y todo esto ocurre en Medellín, la ciudad más violenta de Sudamérica en los años ochenta y noventa del siglo pasado.”
http://lopaisa.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=599

Juanita León:
“El primer sitio que visitamos en la Comuna es el nuevo Centro Integrado de Intervención Social. Fue creado por el Presidente Santos el 14 de agosto, como la nueva estrategia para afrontar la violencia en la Comuna 13. La decisión se tomó en un Consejo de Seguridad después de que entre julio y agosto se recrudeció la violencia en esta comuna donde Medicina Legal dice que ocurrieron 139 homicidios en el primer semestre. Tiene una tasa de 108 asesinatos por cada 100 mil asesinatos, tres veces más alta que el promedio nacional, cinco veces más alta que la de Bogotá y parecida a la de Bagdad.
El gerente del Centro Alberto González me explica que la idea del centro es coordinar el trabajo de la Policía, el CTI, la Fiscalía, el DAS, el ICBF, el Sena y la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Medellín. La esperanza que tienen es que si hacen una intervención integral, que combine lo policivo con asistencia social, lograrán no solo contener la violencia sino atacar sus raíces. No es una tarea fácil y González es un optimista moderado.
Cuando le pregunto cuál es la causa estructural de tanta violencia, se queda callado mirando una pelea de perros que se disputan a mordiscos el privilegio de montar una perra en celo. Vuelvo y le formulo la pregunta porque pienso que no la oyó la primera vez. Pero me dice que es que esa pelea de los perros le recuerda lo que sucede en esa Comuna 13. ”
http://www.lasillavacia.com/historia/18112

Cristina Vélez Vieira:
“En la última década Medellín había logrado pasar de ser una de las ciudades con los índices de criminalidad más altos de Latino América a estar dentro de la media. De 174 homicidios por 100 mil habitantes, llegó a 26 en el 2007, pero hoy otra vez esta tasa está cercana a los 70 asesinatos por 100 mil habitantes. Y el legado que le ha dado tanta popularidad al hoy candidato Presidencial Sergio Fajardo, ha dejado de ser un logro para mostrar.
Pero no es tan claro que estas medidas logren atacar el problema de fondo: el microtráfico de droga. En un barrio de las comunas, un joven expendedor de droga, según una fuente de la zona, se puede ganar 600 mil pesos diarios. Lo que significan casi doce millones de pesos al mes, un incentivo frente al cual la Alcaldía, con subsidios y capacitaciones, no tiene como combatir.”
http://www.lasillavacia.com/historia/5827

Jorge Gómez Gallego:
“Autoridades municipales y nacionales, parecen no encontrar una explicación que satisfaga a la opinión pública para explicar el fenómeno del incremento inusitado de la violencia en la ciudad de Medellín. El gobierno nacional, leyendo su guión reeleccionista y defendiendo su “seguridad democrática”, unas veces sindica al narcotráfico, otras a la inoperancia de las autoridades judiciales, y hasta insinúa que el asunto es responsabilidad de las autoridades locales. El Alcalde por su parte, en desarrollo del libreto de la campaña presidencial de su “independiente” antecesor, le devuelve el balón al gobierno nacional, y le increpa la falta de policías o de inteligencia.
Por eso cuando los gobernantes locales y nacionales, se empeñan en inventar justificaciones para quedar bien con la galería en asunto tan sensible, les quiero recordar hoy la popular frase que acuñó James Carville, estratega de la campaña electoral de Bill Clinton en 1992, con la que explicaba la derrota que su jefe le propinó a George Bush padre, en su aspiración reeleccionista, a pesar de la popularidad resultante de sus triunfos en la política exterior, pero en medio de un creciente desempleo: “Es la economía, estúpido”.
http://www.moir.org.co/Por-que-crece-la-violencia-en.html#

Alejandro Gaviria:
“A finales del año anterior, en medio del optimismo navideño, el general Naranjo pronosticó una caída de 300 homicidios en 2009 con respecto a 2008. Entusiasmado, señaló entonces que la tasa anual sería la más baja de los últimos 23 años. Llama la atención, por una parte, la discrepancia entre los registros de la Policía y los de Medicina Legal.
Las autoridades conocen bien las causas del problema: el crecimiento del crimen organizado, el reciclaje de las bandas de narcotraficantes, los coletazos de la desmovilización de los paramilitares, etc. Pero no parecen preparadas para enfrentarlo. Las propuestas recientes revelan una mezcla de desespero e impotencia. Primero fueron los estudiantes y los taxistas los llamados a resolver el problema. Después fueron los obispos los reclutados para facilitar una negociación azarosa con las bandas emergentes. A finales de la semana el Gobierno aclaró que los obispos sólo estaban autorizados para hacer labores pastorales. Ya los veremos, entonces, tratando de convencer a los criminales de las bondades del amor al prójimo.”
http://www.elespectador.com/columna187531-violencia-disparada

Juan Diego Restrepo:
“Tantas veces las autoridades municipales se negaron a aceptar que el proceso de reinserción de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) había sido un fracaso que crearon un ambiente de falso optimismo que llevó al entonces alcalde de Medellín y ex candidato presidencial Sergio Fajardo Valderrama a concebir y difundir la famosa frase “pasamos del miedo a la esperanza.
Esa afirmación es hoy una ilusión y las laderas de Medellín arden que da miedo. No sólo en la comuna 13, como lo han mostrado de manera reiterada los medios de información locales, regionales y nacionales. Son varias las comunas donde las libertades individuales y colectivas están limitadas por el accionar de las bandas armadas ilegales y la incapacidad del Estado para contrarrestarlas.”
http://semana.pandac.com/noticias-opinion/reinsercion-urbana-auc-fracaso-medellin/143777.aspx
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Concluye la invitación a la moderación del editorial de El Espectador del 21 de abril:
“Es preciso reconocer que sus resultados [del Estado] no constituyen “el golpe definitivo” a la delincuencia y a los nichos de economía ilegal. Y es preciso, igualmente, aceptar que la posibilidad de que actuaciones genuinas por parte de los niveles local y nacional del Gobierno, combinadas con acciones permanentes de la ciudadanía reclamando su derecho a vivir en paz, constituyen un activo que se ha consolidado en la ciudad. Mal haríamos en arriesgar tan valioso activo con el rumor o el juicio pesimista de las circunstancias.”

No dudo que las políticas sociales de la ciudad han hecho un buen uso de la arquitectura como medio para mejorar la cotidianidad de sectores violentos, y que en el proceso han construido importantes y valiosos edificios y espacios urbanos que tienen cualidades de sobra para hablar de ellos como arquitectura. Presentar el resultado de tales esfuerzos como si estuviéramos en Disneylandia, y atribuirle a los arquitectos el papel de pacificadores y redentores sociales, no le hace bien a nadie. De modo que ante una rimbombancia político-publicitaria de tono cuasi teológico como la que pintan las exageraciones de los arquitectos, va una mera réplica lógica:

Si la arquitectura de edificios como la biblioteca España y el colegio Santo Domingo en Medellín resuelve problemas de violencia y narcotráfico, por ejemplo, como los de la comuna 13, también debería cargar con la culpa de hechos, por ejemplo, como la balacera del 11 de agosto en la comuna 13. Demasiada carga para unos arquitectos a quienes sólo debería corresponder proyectar y construir buenos y ojalá magníficos edificios; esperando que se hable de ellos y se valoren como arquitectura, sin aceptar que se diluyan en medio de las políticas –más o menos exitosas– de sus clientes.

Juan Luis Rodríguez

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