Dado que no soy ni constructor ni antioqueño, y que mi respuesta se refiere a una sola de las 12 que formula lapidariamente Willy Drews sobre el tema ya tan olvidado (por repugnancia, tal vez) del edificio Space y su sombrío final, esta se debe tomar por lo que cada lector crea que vale.
Pregunta Willy Drews: [sabe usted] ¿si los gremios que agrupan ingenieros, arquitectos y constructores de Medellín se pronunciaron públicamente sobre este incidente y sobre la irresponsabilidad de los culpables? Mi respuesta es, obviamente, afirmativa. Y añado: en artículo publicado en Torre de Babel como comentario a un «suelto» aparecido hace unos meses en El Tiempo de Bogotá, expresaba mi incredulidad indignada al ver que una Sociedad de Ingenieros, y no recuerdo si de arquitectos también, antioqueños, a manera de pronunciación sobre el caso del Space había otorgado premios o distinciones al ingeniero presidente de la compañía CDO, constructora y vendedora del derrumbado proyecto y al arquitecto diseñador del proyecto. Luego sí hubo pronunciamiento de esa cruel y surrealista manera. Sobra añadir que en un rapto de lucidez, el ingeniero Villegas rechazó tan insólito y desafiante homenaje, y el arquitecto Forero, «quien también iba a ser premiado», no se presentó a recibir su parte de esa inverosímil premiación.
La SCA a nivel de filiales o nacional, no muy dada a pronunciamientos beligerantes sobre ningún tema profesional y menos en casos únicos como el del Space, sólo publicó, que recuerde, un inocuo comunicado pidiendo un compás de espera para las conclusiones de las «exhaustivas» investigaciones al respecto, o algo similar. Una vez realizadas éstas, ignoro si existe algún comunicado gremial al respecto. No conozco de algún «pañito de agua tibia» gremial y si este existe Willy Drews debe saber más que yo al respecto. Este es un tema sobre el cual es imposible mantener un criterio objetivo o fríamente profesional. Sólo puedo preguntarme si la rampante impunidad colombiana sacará adelante a los responsables del Space con algún breve rato de casa por «cárcel» y «aquí no ha pasado nada», «fue un accidente», «faltan pruebas», «las demandas no fueron correctamente formuladas jurídicamente», «los medios nos satanizaron», y el resto de la cantilena usual…
A la pregunta de Willy Drews sobre cuántos muertos habrían sido enterrados o cremados en Medellín si el Space hubiera estado plenamente ocupado en el momento del «éxito» de los cálculos estructurales del ingeniero Aristizábal, no puedo dar una respuesta adecuada. Me horroriza esa cifra abstracta, cualquiera que sea. No entiendo cómo un grupo de profesionales avezados de la ingeniería, la arquitectura, la construcción, la interventoría y hasta de las ventas promocionales y la publicidad comercial puede haber obrado de modo tan estúpido e irresponsable. Es un misterio poco explicable, el de la fe ciega en la tecnología y la ambición del dinero. El «Titanic» no se podía hundir, los puentes y viaductos NO se caen, las centrales productoras de energía por medios nucleares son perfectas, los jets comerciales no desaparecen, las estufas a gas no se incendian, volar como en caja de sardinas es más seguro que cruzar una calle, las Torres Gemelas de Nueva York resistían cualquier cosa menos al irónico impacto de un jet comercial que las redujo a escombros luego de un desplome exactamente igual al de un castillo de naipes hecho con dos barajas, etc.
* Imagen tomada de ABC.es