Recopilación del debate sobre el premio de laBienal Iberoamericana a la Bilblioteca España Correspondencia electrónica entre el 2 de mayo y el 19 de junio de 2008 Recopilado y editado por: Juan Luis Rodríguez _____________________________________________________________ From: daniel bonilla [mailto:daniel_bonilla@hotmail.com] Sent: Viernes, 02 de Mayo de 2008 10:08 a.m. Subject: Giancarlo Mazzanti premiado en la VI Bienal Iberoamericana Apreciados amigos: Nuestro amigo y colega Giancarlo Mazzanti ha ganado esta semana en Portugal la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura, con la Biblioteca de Santo Domingo – Medellín. Este premio no solo es un honor para nuestro país, sino además le genera un encargo de trabajo a Giancarlo en Madrid con la Empresa Municipal de la Vivienda. Me alegró mucho la noticia y quería compartirla con Uds. Un abrazo daniel bonilla _____________________________________________________ From: Guillermo Fischer [mailto:gfischer@etb.net.co] Sent: Viernes, 02 de Mayo de 2008 10:24 a.m. Subject: RE: Giancarlo Mazzanti premiado en la VI Bienal Iberoamericana Me alegro mucho por Giancarlo y extiendo el homenaje a Rem Koolhaas en el crédito, por la Casa de la Música. Sin embargo me parece pertinente anotar con respecto a los concursos, ya que este proyecto fue premiado en uno, lo siguiente: Los concursos deben: -fomentar la aparición de arquitecturas propias Los concursos de los años pasados se caracterizan por la copia directa de proyectos de la vanguardia internacional, específicamente de arquitectos conocidos como el “star system”, de esta forma, los valores de la experiencia propia y de lo construido en el ámbito nacional, están siendo desconocidos, es necesario conformar nuevos mecanismos de valoración de las propuestas en los concursos, que permitan la aparición de arquitecturas propias, basadas en nuestro proceso histórico. -dar a la ciudad arquitecturas que puedan ser gozadas la arquitectura no puede tener como fin la construcción del ego del arquitecto, las arquitecturas promovidas por el sistema de concursos deben tener como ingrediente primordial, la función social, arquitecturas cuyo objetivo sea el goce de sus usuarios, no el la publicación en revistas de arquitectura. Promovamos un debate, es necesario hacer una radiografía de la arquitectura actual del país, tanto la promovida por los concursos y bienales así como la arquitectura chatarra que las promotoras inmobiliarias, mal llamadas constructoras, están llenando el país. Saludos, Memo Fischer _________________________________________________________ From: Guillermo Fischer [mailto:gfischer@etb.net.co] Sent: Martes, 06 de Mayo de 2008 02:06 p.m. To: Enrique Silva (silgil@etb.net.co) Subject: FW: Giancarlo Mazzanti premiado en la VI Bienal Iberoamericana Amplio un poco el correo anterior, está visto que los invitados a los círculos de lectura y visita universitaria, suele ser el mismo grupo que usualmente esta reciclando proyectos de la vanguardia internacional, cuyos nombres no menciono pero Ud. conoce, presentándose como la vanguardia nacional, sin ningún fundamento teórico propio. La arquitectura nuestra de la ultima década, especialmente la premiada en concursos,pasa por ser una copia bastante directa de proyectos en su mayoría publicados en la revista Croquis, ¿que clase de arquitectura estamos construyendo? Refritos de vanguardias extranjeras, ¿donde está la teoría? Que vergüenza, si los autores de estas copias no la tienen, a mí si me da, y mucha. Memo Fischer _____________________________________________________________ From: bbarney@telesat.com.co Subject: Re: Giancarlo Mazzanti premiado en la VI Bienal Iberoamericana Date: Fri, 2 May 2008 13:17:50 -0500 To: daniel_bonilla@hotmail.com Hola Daniel. Lamento no compartir su entusiasmo pues creo que no es el camino, como no lo fue en Porto la Casa de la Música. Pero ojalá sirva para que se de un debate en el país sobre muchos de los edificios que se están haciendo que no pasan de ser mero espectáculos formales ya pasados de moda. Me permito enviar un texto sobre la necesidad de la critica que escribí hace rato. Benjamín
Crítica, historia y teoría
Hace no mucho una cadena nacional de radio insistió algún tiempo en convencer a la gente de que no criticara: que fuera positiva. De hecho son muchos los colombianos que critican el que se critique. Y, si se trata de arte o arquitectura, viven cómodos en esa gran mentira que miente que entre gustos no hay disgustos. Por supuesto la cosa es más compleja y tiene graves consecuencias: basta con mirar bien la ciudad que nos tocó vivir. El arte (o la arquitectura) no precisa de especialistas para ser entendido pero, como dice Milan Kundera, se requiere cono-cimiento y competencia supremas para captar lo que aporta de nuevo e insustituible. Kundera ve al crítico como un descubridor de descubri-mientos y afirma que el pensamiento crítico es esencial-mente no metódico. Considerando que el descubrimiento que contiene una obra de arte es inesperado e imprevisible por definición y que no es posible un método generaliza-ble para captarlo, el crítico, agrega, solo puede plantear su pen-samiento personal; y no sólo se puede equivocar sino que su juicio no es verificable. No obstante, cree Kundera, que por errónea que sea la critica, si se basa en una competencia auténtica dará pie a otras reflexiones contribu-yendo a crear un «trasfondo meditativo» im-pres-cindible para el arte. Al arte no le basta solamente el contacto con el público, concluye Kundera, pues solo se vuelve Historia cuando sus descubrimientos y sus innovaciones son señalados por la crítica. Toda actividad mental genera conocimientos distintos (científicos, místicos, artísticos); si el arte no produjera conocimientos sería un juego inútil, como dice Lionello Venturi. Pero pese a que esta idea no es nueva no ha sido usual asumirlo como un conocimiento alternativo a la ciencia, como lo ha anotado Christian Norberg-Schulz. Y, menos aun, tratar de estudiarlo y conocerlo; sobre todo aquí. Muchos colombianos, sumidos en la magia, la religión y las ideologías, mas fanáticos que reflexivos, confunden el arte con el gusto. Por eso critican el que se critique y al que critica, pero evaden el contenido de la critica: no la critican. Parecen ignorar que desde Sócrates la Civilización Occidental se ha construido practicando arduamente la crítica. Karl Popper afirma que no puede haber historia sin un punto de vista: de igual forma que en las ciencias naturales, la historia tiene que ser selectiva si no quiere ahogarse en un mar de datos po-bres y mal relacionados. Y recomienda escribir solo aquella historia que nos interese. Hasta hace poco no solo no se escribía en el país la historia que debía interesarnos, y la que se hacia estaba repleta de datos pobres y mal relacionados, sino que la historia de sus ciudades, sus arquitecturas y sus artes apenas comienza a reunir datos y aventurar relaciones. Sin una perspectiva histórica difícilmente se puede construir una teoría de la arquitectura (y la ciudad) que dure, y toda arquitectura que carezca de una teoría corre el riesgo de repetirse o volverse arbitraria, como advierte Hanno-Walter Kruft y vemos todos los días. Solo la critica, basada en una auténtica competencia, podrá inducir reflexiones que contribuyan a relacionar y enriquecer los datos existentes para crear esa perspectiva histórica. De ahí su importancia para transformar nuestras ciudades; y de que se las critique con competencia. Pero sobre todo, es importante convencer a la gente de que critique las críticas en lugar de equivocadamente rechazarlas; o, lo que es peor, y perverso, ignóralas. Ya se ha dicho: silenciar a una persona es como asesinarla, cosas, ambas, es horroroso, cotidianas en Colombia. Hay que cambiar la violencia por la crítica. Que mueran las ideas en lugar de nosotros, como pedía Popper. Pero pocos medios aquí están comprometidos con la critica; la mayoría la confunden con la simple opinión cuando no con el puro chisme. Además están demasiado ocupados con el terrorismo, el secuestro y los asesinatos, que muestran sin criticar; o frivolizando aún más los reinados, la mediocre farándula, o abusando del fútbol o las carreras de carros, o bobeando con la astrología, o haciendo eco al engaño del milenio, para que creamos que son positivos. Benjamin Barney Caldas, Columna ¿Ciudad? El País Cali, 13/01/2000 _________________________________________________________ El 07-05-2008, a las 17:28, daniel bonilla escribió: Apreciado Benjamín, yo creo que son cosas diferentes,… una cosa es alegrarse por un colega y por que la arquitectura hecha en Colombia tenga algún logro fuera de nuestras fronteras, especialmente si consideramos que seguimos siendo una nación aislada y estigamatizada en lo malo,… y la otra es el sano debate que lamentablemente no existe. db _________________________________________________________ From: Enrique Larrañaga [mailto:ealv@movistar.net.ve] Sent: Jueves, 08 de Mayo de 2008 12:10 p.m. To: daniel bonilla
*NOTAS DE UN ATRAVESADO……
*Queridos todos. Como un venezolano que conoce y admira a varios de ustedes y lo que hacen, creo que puedo atravesarme en una discusión en la que, es evidente, trasuman muchas cosas internas que desconozco y prefiero seguir ignorando, pero también aprovechando esa distancia para, ojalá, poner en la mesa algunos comentarios que ayuden a focalizar la discusión. Pude enterarme del premio gracias a Gustavo Moré, miembro del jurado y viejo amigo dominicano (ustedes interpretarán lo que quiero decir por «viejo» como quieran…. aunque es algo menor que yo….) y confieso que sentí una gran alegría, incluso sin saber bien en ese momento cuál de las bibliotecas se premiaba, pues, al menos para mí, el premio es no sólo (y me atrevería a decir *no tanto*) a Giancarlo sino al programa de bibliotecas y espacio público realizado en Medellín, y, por tanto, también a Cacho, a Carlos Mario, a Jorge y a tantos otros que han logrado en esa ciudad una realidad estupenda en sí misma y aún más admirable cuando se ve desde una capital que fue modelo y que se ha deteriorado de un modo avergonzante. Confieso que me hubiera gustado más que premiaran la Biblioteca León de Greiff, que la siento menos espectacular y más serena (quizá la sustancia de la crítica de Benjamín), pero, más allá de cualquier diferencia, creo que la calidad del proyecto premiado es incuestionable. Llamé esa misma mañana a la oficina de Giancarlo y, evidentemente, no lo conseguí, pero dejé constancia de mi alegría, como quiero dejarla en estas líneas. Conozco poco a Giancarlo pero creo que es lo suficientemente inteligente como para (superado el ataque de autosatisfacción que es natural genere un premio) entienda que con él van muchos en ese premio y que para que ese edificio fuera realidad hubo visión, coraje, capacidad de acción y dedicación profesional y política que no sólo lo hicieron posible sino permitieron siquiera que la posibilidad existiera. Siempre he dicho que para que un edificio es bueno es /conveniente/ que el arquitecto sea de calidad pero es *indispensable* que el cliente sea muy bueno. Afortunadamente, en este caso esa ecuación funcionó. ¿Que los premios están cargados de banalidad (un venezolano diría «farallamería») y que es ingenuo admitir sin más que porque algo se premie es bueno? Indudable ¿Que nuestros países (y el mío mucho más) carecen de una sistematicidad crítica que estimula el oportunismo y las complicidades por simple «ay, qué bueno, yo lo conozco y es un tipo chévere!!!» o por simple complejo de inferioridad que se siente subsanado por un reconocimiento del primer mundo para luego regresar a nuestra misma mierda cotidiana pero sentir que ahora huele mejor? Sin duda. ¿Que por principio intelectual se debe siempre ser crítico, incluso a riesgo de lucir sospechosamente envidioso? «We’ve all been there». Pero, por lo que pueda servir la experiencia de alguien que lleva, en lo político, diez años tratando de que las cosas se vean en orden de jerarquía y prioridad, lo importante es construir ENTRE TODOS el puente para llegar a la otra orilla (en nuestro caso, la de ciudades mejores, más justas, mejor ordenadas, más equitativas, con mayor dignidad en sus obras públicas, en la que la estética y el orden sean más que mariqueras de los arquitectos y se asuman como derechos humanos fundamentales) y al llegar a la otra orilla siempre habrá tiempo para discutir y volver a hacer aflorar las diferencias. Lo cual no implica, desde luego, que mientras cruzamos el puente no discutamos, no expresemos nuestras diferencias y no nos provoque lanzar a más de uno de una vez al río para que se ahogue. La Madre Teresa no pensó en ser arquitecto y por algo debe haber sido: entre nosotros no hay santos, ciertamente……. Pero cada cosa, más que a su tiempo, en su escala. Y es que quizá lo más difícil de la crítica no es hacerla sino saber dirigirla a su verdadero objeto. Más allá de lo que cada uno opine del edificio de Giancarlo, el proceso del que es parte es de una importancia sustancial y si ese premio sirve para que se conozca más lo hecho en Medellín (además de para un muy justo festejo de Giancarlo, sus «secuaces» y todos los medellineros) me alegro muchísimo, porque sigo pensando que sin ciudades decentes no tendremos ciudadanos dignos ni países que sirvan y seguiremos sometidos a la barbarie de los demagogos de lengua florida que nos hemos construido (porque nada aflora sin que se riegue…) y que sufrimos. Un inmenso saludo a todos, a los que conozco y a los que no, y gracias, también, por permitirme meter las narices en esta discusión de la que creo entender sólo los rasgos más gruesos….. EL ______________________________________________________________ From: bbarney@telesat.com.co Subject: Date: Mon, 12 May 2008 18:18:53 -0500
Comentarios al Acta
Benjamín Barney Caldas Dice el acta de la VI Bienal Iberoamericana, si es que realmente es, que: “El Parque y Biblioteca España es una obra de profunda significación cultural, merecedora del Premio en cuanto conjuga con calidad superior todos los aspectos que el Jurado consideró a los efectos de su valoración, destacándola del conjunto de Obras Seleccionadas. El Parque y Biblioteca España es la respuesta arquitectónica a un programa que relaciona múltiples servicios culturales en la atención a un área de la Ciudad de Medellín especialmente conflictiva. El planteo espacial, formal, funcional y de relación con el paisaje, se justifica y explica en la memoria presentada por los autores: “…más que un edificio se propone la construcción de una geografía operativa… Un edificio-paisaje que redefine y tridimensionaliza la estructura plegada de las montanas como forma y espacio…” La volumetría simple y variada, unitaria y diversa, real y virtual, comunica con acierto evidente una propuesta “naturalmente artificial” en un área marcada por la carencia material, la desintegración social y el vacío cultural. Como respuesta a un programa de Inclusión Social el Parque y Biblioteca España cumple cabalmente con su cometido, en cuanto permite desarrollar las posibilidades de encontrar, por parte de la población servida, las bases de identidad enraizadora con el sitio e integradora en lo social que le permita proyectarse en el tiempo. Por otra parte, no son menores los valores del espacio interior con una propuesta de extrema sobriedad en los recursos y neutralidad en los acentos físicos.” ¿Cuáles son los aspectos que el Jurado consideró? ¿Cómo así que la descripción del programa forma parte de un acta razonada? ¿Cómo así que parte de la memoria pasa a ser parte del acta? ¿Qué es eso de geografía operativa, edificio-paisaje, tridimencionalizar o estructura plegada? ¿Qué es lo de “natural artificial”? Y desde luego la volumetría no es simple, ni unitaria, ni virtual, ni sus espacios interiores son sobrios ni neutros. Todo lo contrario y, naturalmente, son artificiales. Queda la impresión de que el Jurado no constató en Medellín que el Parque Biblioteca España cumpla cabalmente con su cometido y además es demasiado pronto para asegurarlo. Y hablando de parques ¿Cuál parque vieron? _______________________________________________________________ From: sergiotrujillo@hotmail.com To: bbarney@telesat.com.co Subject: RE: De S. Trujillo Date: Tue, 13 May 2008 22:27:27 +0200
Comentarios a los comentarios de B. Barney al acta de jurado:
Bien acierta Benjamín en extraer apartes del acta de jurado, evidenciando no sólo los desatinos de un metalenguaje encriptado, cuya insufrible prepotencia intelectual nos muestra otra vez más, la ausencia de la pertinencia como un atributo infaltable de todo juicio crítico, por lo menos en lo que a nosotros concierne, aquí, en América Latina. Es a todas luces claro que quienes así se expresan en relación a la valoración de la arquitectura actual, comportan valores muy distanciados de nuestros problemas y prioridades. Juicios al parecer muy sesudos, resultan entonces separando las palabras de la vida y aproximándose peligrosamente, claro, al oscuro objeto de su juicio: es así como la geografía, así concebida, se valida como pliegue -no lugar de confluencia entre la naturaleza y la cultura-; la arquitectura se torna natural-artificial…..o, para que suene aún más sofisticado, geografía operativa; a la fractura de la escala, la irrupción cromática, la contraposición por contraste y a la discontinuidad con la tradición de la ciudad y el barrio, se le redefine, para nuestro asombro y perplejidad, como edificio paisaje (……). El colmo de la ingenuidad, es que afirme el jurado -imposible que lo crea genuinamente-, que con tales edificios se construya identidad desde el desarraigo, integración desde la diferencia…. Las palabras, ya lo sabemos, aguantan todo, pero la gente en éste y muchos casos similares, será muy superior a sus arquitectos. PD. A propósito, no es hora ya de conocer quienes seleccionaron localmente cuáles proyectos a esta Bienal y por ende, cuáles son sus reflexiones sobre la arquitectura colombiana? Menos interesa, pero no sobraría, conocer de la misma manera los jurados de la Bienal de proyectos en Portugal….. Arq. S. Trujillo J. _________________________________________________________ From: leoarqui@hotmail.com To: editorial@revistaescala.com CC: redaccion@revistaescala.com Subject: Acerca del premio VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo Date: Mon, 12 May 2008 15:30:24 +0000 Saludos, Discrepo totalmente de los comentarios del Sr. Benjamin Barney y compañía quienes demuestran claramente envidia profesional. La bilbioteca premiada diseñada por Giancarlo es una excelente muestra de que se puede ser innovador dentro de unos parámetros de respuesta al lugar, sensualidad formal y eficacia funcional. Adjunto envío el fallo del jurado de esta gran obra que lo que debe despertar es el orgullo de que se haya hecho en Colombia. En cuanto a si retoma referencias formales creo que la historia de la arquitectura esta caracterizada por momentos culturales que aportan a la evolución de la misma, así que si las referencias son de Le Corbusier, Wrigth o Mies, o de Rem Koolhas es igualmente válido… y es algo que no tiene ninguna importancia como lo establece el fallo del jurado. Fallo: “El Parque y Biblioteca España es una obra de profunda significación cultural, merecedora del Premio en cuanto conjuga con calidad superior todos los aspectos que el Jurado consideró a los efectos de su valoración, destacándola del conjunto de Obras Seleccionadas. El Parque y Biblioteca España es la respuesta arquitectónica a un programa que relaciona múltiples servicios culturales en la atención a un área de la Ciudad de Medellín especialmente conflictiva. El planteo espacial, formal, funcional y de relación con el paisaje, se justifica y explica en la memoria presentada por los autores: “…más que un edificio se propone la construcción de una geografía operativa… Un edificio-paisaje que redefine y tridimensionaliza la estructura plegada de las montanas como forma y espacio…” La volumetría simple y variada, unitaria y diversa, real y virtual, comunica con acierto evidente una propuesta “naturalmente artificial” en un área marcada por la carencia material, la desintegración social y el vacío cultural. Como respuesta a un programa de Inclusión Social el Parque y Biblioteca España cumple cabalmente con su cometido, en cuanto permite desarrollar las posibilidades de encontrar, por parte de la población servida, las bases de identidad enraizadora con el sitio e integradora en lo social que le permita proyectarse en el tiempo. Por otra parte, no son menores los valores del espacio interior con una propuesta de extrema sobriedad en los recursos y neutralidad en los acentos físicos.” Att. Leonardo Rodríguez _________________________________________________________ From: Willy Drews [mailto:wdrews@uniandes.edu.co] Sent: Lunes, 12 de Mayo de 2008 10:19 a.m.
ARQUITECTURA DE MARCA
Un pendenciero preguntaba: Esta pelea es privada o se puede participar? Y es que las polémicas son muy provocativas, así uno no conozca a fondo el tema de discusión. Me refiero en este caso al cruce de opiniones que han surgido a raíz del premio obtenido por la biblioteca de Giancarlo Mazzanti en la IV Bienal Iberoamericana de Arquitectura. Sobre la biblioteca debo reconocer que solo tengo la imagen desde el valle, lejana pero impactante, de tres moles negras recostadas sobre ese fondo anodino de casas humildes, que me hizo pensar: Algo pasó aquí que hace que este vecindario sea distinto y esta comunidad diferente. Y eso es muy valioso, gústele a uno ó no el objeto o su implantación. Una manera de intervenir el paisaje es integrándose a él, otra es oponiéndose. No conozco los espacios interiores, no se si el funcionamiento es adecuado, si la luz y el clima son los ideales, ni cual es la percepción que tienen los usuarios de edificio, por lo cual me declaro inhabilitado para polemizar sobre la obra, y le renuevo a Giancarlo mi felicitación. Prefiero, si la pelea no es privada, polemizar sobre la polémica. Debo comenzar con la cobarde afirmación de que estoy de acuerdo con todos: Los concursos deben fomentar la aparición de arquitecturas propias y dar a la ciudad arquitecturas que puedan ser gozadas (Memo Fischer). Se siguen premiando proyectos exhibicionistas, sobre diseñados y de falsa originalidad, autistas de relaciones memorables o tan siquiera sensatas con lugares, herencias y tradiciones significativas (Sergio Trujillo). Lo importante es construir entre todos el puente para llegar a la otra orilla ( en nuestro caso, la de ciudades mejores, más justas, mejor ordenadas, más equitativas) (Enrique Larrañaga). Muy frecuentemente los jurados quedan deslumbrados por el brillo de una propuesta a la moda y dejan de lado proyectos más conservadores pero respetuosos del medio ambiente, las tradiciones constructivas y las formas de habitar que nos unen. (Mauricio Pinilla). Son muchos los colombianos que critican el que se critique. Sin una perspectiva histórica difícilmente se puede construir una teoría de la arquitectura (y de la ciudad) que dure, y toda arquitectura que carezca de una teoría corre el riesgo de repetirse o volverse arbitraria. (Benjamín Barney). Yo soy de la época en que las marcas de las camisas venían por dentro. Un día las marcas se salieron y empezó una feroz batalla mediática por vender marcas. Ya no importaba el producto sino su marca. Unos zapatos eran caros no porque fueran buenos sino porque eran Adidas. De pronto los países ricos descubrieron que la arquitectura era un bien de consumo y también se podía vender por su marca y surgieron los Nike, Lacoste y Rollex de la Arquitectura. No importaba la calidad de la obra ni su adecuación al sitio o las necesidades del usuario, sino su marca. Si una capital europea compraba un Liebeskind, la vecina contrataba un Koolhaas, y si alcanzaba la plata, un puente de Calatraba con o sin rio por debajo. Como Berlín ya tenía un Calatraba, contrató con Foster el desarrollo del anteproyecto del Reichstag….de Calatraba; y como quedaban marcas y plata disponibles compro, ignorando su dudosa calidad y su discutible implantación urbana, los proyectos de la Postdamer Platz. La dictadura globalizada de los medios trató de vendernos estas marcas a los países pobres y como no podíamos pagar un Hadid original, apareció la arquitectura pirata, como los libros de los semáforos. Ya no importaban su impacto en el entorno, el clima, los sistemas constructivos, o los valores culturales. Lo que importaba era que se pareciera a los productos de marca y se publicara en revistas que se venden en Carulla. Y quien compraba la revista con el mercado decidió que si ésta era la arquitectura de moda, era la que tocaba comprar, y así lo entendieron los constructores y promotores que entraron dichosos en este círculo vicioso de yo ofrezco lo que tu quieres y tu compras lo que yo ofrezco. Aquí se aplica la tragedia de la democracia: Lo que quiere la mayoría no es necesariamente lo mejor. Nos preguntamos chapulinescamente quien podrá defendernos y miramos esperanzados a los jurados de los concursos, olvidándonos que ellos provienen del mismo caldo de cultivo donde se fermentan estudiantes+arquitectos+constructores+promotores+compradores. Si queremos recuperar para la arquitectura la dignidad perdida, tenemos que hacerlo nosotros mismos rescatando el respeto por nuestra historia, nuestros valores culturales, el entorno natural y el construido y reconociendo nuestras debilidades y limitaciones a través del ejercicio de la cátedra, la práctica profesional, la actuación como jurados de concursos, la crítica y la difusión en los medios. Posiblemente no logremos reversar esta perniciosa tendencia pues la moda como los virus solo desaparecen al terminar su proceso de incubación. Pero habremos sembrado la semilla de una nueva ( ó vieja?) arquitectura que recupere el camino equivocado recorrido. Adjunto un cuento escrito hace algún tiempo, que varios de ustedes conocen, para justificar mi última frase: Solamente el tiempo puede salvar a la buena arquitectura. Willy Drews LA BUENA ARQUITECTURA ES UN CUENTO “Todo lo innecesario en algún momento se vuelve feo.” Älvar Aalto Los “ismos” siempre han despertado pasiones, o al menos inquietudes. El comunismo aterró a medio mundo y el capitalismo llenó de envidia al otro medio, hasta que se descubrió que el uno era la explotación del hombre por el hombre, y el otro lo contrario. Entonces el comunismo se extinguió, los sobrevivientes se volvieron capitalistas y por ende se acabó la envidia. Otros como el paludismo causan males a la salud, y otros impiden ver la realidad tal como es: Tal es el caso del estrabismo y el astigmatismo. En el caso de la arquitectura los ismos tampoco dejan ver la realidad, en este caso la buena arquitectura. Normalmente son estados avanzados de modas de países ricos donde la arquitectura es un bien de consumo, que se transmiten como epidemias a través de revistas a las facultades de arquitectura donde encuentran un terreno abonado por profesores que premian lo que en el momento se considera original, y por lo tanto merecedor de reconocimiento. Y una vez implantados se vuelven doctrinas. Casos recientes, el postmodernismo y el deconstructivismo. La edificios son el principal patrimonio de los países pobres, no pueden ser bienes de consumo, y tienen la responsabilidad de permanecer sirviendo a la comunidad, ojalá por siglos, mientras su estructura lo permita. Los escasos recursos no se pueden invertir en mala arquitectura, aquella que hoy es y mañana no, que hoy se mira con admiración, mañana con sonrisa, y pasado mañana con vergüenza. Necesitamos esa arquitectura que, como el buen vino y las mujeres con belleza interior, mejoran con los años; la que refleja la cultura y los recursos de la época, y no la moda del momento; la que se incrusta con cariño en la memoria colectiva y con el paso del tiempo sigue despertando emociones; la que conserva su capacidad de satisfacer adecuadamente las necesidades de los usuarios, o adaptarse a nuevos usos o nuevas exigencias. Es decir, la buena arquitectura. Para sobrevivir, esta buena arquitectura debe derrotar diariamente poderosos enemigos, además de los ismos; como la vez que se ahogaba en la mitad del mar y vio acercarse un barco sucio y descuidado. Después de un buen rato se asomó por la borda una mujer bostezando; era la Pereza. Soy la Buena Arquitectura, sálvame. Eso me implica hacer un esfuerzo y no creo que la Buena Arquitectura lo justifique, y siguió su camino. Al rato apareció otro barco, y después de dar varias vueltas se asomó sigilosamente la Desconfianza detrás de un mástil. Quien eres, preguntó. Soy la Buena Arquitectura y me ahogo, sálvame. Cómo puedo estar segura que eres la Buena Arquitectura, si eres tan difícil de reconocer, y se alejó. Las fuerzas se agotaban cuando apareció en el horizonte un lujoso barco lleno de luces y dorados, y en la proa una elegante mujer llena de alhajas. Que haces allí, pregunto la Riqueza. Soy la Buena Arquitectura, ayúdame por favor. No veo por qué hacerlo, si nunca te has preocupado por hacerme más rica, y se marchó viento en popa. Cuando ya se creía perdida, se le acercó un barco más ostentoso que el anterior, y la Codicia le preguntó: veo que te ahogas, cuanto me pagas si te salvo? Solo puedo darte espacio para abrigarte, protegerte y hacerte amable la vida. Y la Codicia desapareció sin responder ni mirar atrás. Entonces la Buena Arquitectura, ya sin fuerzas, se entregó a su suerte y se dejó hundir. Cuando despertó estaba sobre la playa y a su lado, arrodillado y mirándola cariñosamente, un viejo con una enorme barba blanca. Quién eres, preguntó la Buena Arquitectura con su primer aliento. Soy el Tiempo. Por qué me salvaste ?. Porque el Tiempo es el único que puede salvar la Buena Arquitectura. WILLY DREWS Decano Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad de los Andes wdrews@uniandes.edu.co Tel 3324512 – 3394949 ext 2480 ____________________________________________________________________________ From: Enrique Larrañaga [mailto:ealv@movistar.net.ve] Sent: Martes, 13 de Mayo de 2008 01:43 p.m. Subject: Re: Tiempo Y como no quiero perder la esperanza de que la extensión de la invitación incluya a los de «otras mesetas», recuerdo a todos ese maravilloso texto (de una conferencia) de Moneo sobre la soledad de los edificios, esa verdad o mentira que queda cuando, pasado el tiempo, se callan los arquitectos, los clientes, los revisores de ingeniería municipal, los vecinos, los críticos de arte, los fans y los reconcomiados, y la obra se queda sola consigo misma y ante el tiempo para ser lo que es en sí misma y sin la alharaca, buena y mala, desatada al nacer no ella sino las aspiraciones, pretensiones y frustraciones alrededor de ella. Yo llevo el ron y el chocolate. EL ______________________________________________________ From: Hernandez, Felipe [mailto:felipehm@liverpool.ac.uk] Sent: Miércoles, 14 de Mayo de 2008 06:51 a.m. Estimado Benjamín, Primero que todos lamento no haber podido participar antes en el debate iniciado con su artículo en El País. Segundo, tengo que aclarar que no he tenido la oportunidad de visitar personalmente la obra en cuestión aunque la conozco bien a través de planos, fotos y dibujos. Pero por esa razón no me referiré al proyecto sino a las ideas presentadas en el artículo y en particular al trío conceptual: crítica, historia y teoría. Disfrute leer la paráfrasis hecha de la opinión de Kundera sobre la crítica y el crítico. Me pereció muy interesante ver el enorme número de contradicciones que presenta su posición (la de Kundera). Según el artículo, Kundera dice que la crítica no precisa de especialistas pero si de ‘conocimiento y competencia suprema’, sin embargo, estas son precisamente las características del ‘especialista’ y así del crítico: su conocimiento y competencia suprema del objeto de su crítica. Y por supuesto que si, la crítica si necesita de conocimiento especializado, por eso es que los críticos de artes plásticas no son críticos de música y los críticos musicales no lo son de literatura. Para que la crítica sea efectiva, el crítico requiere conocer no solo la historia del arte que crítica sino también las técnicas utilizadas, los métodos constructivos ―en esto parto de la premisa de que la música y la literatura también se contruyen― he incluso los medios de presentación y reproducción. ¿Por que Kundera afirma lo contrario? En otro aparte del artículo, se dice que Kundera cree que el crítico solo puede presentar su pensamiento personal, lo cual es cierto: el crítico presenta su ‘opinión’ sobre el objeto de su crítica. Lo interesante es que al final del artículo Benjamín separa la crítica de la opinión. Esta claro que Benjamín se refiere a la opinión desinformada, pero este argumento parece contradictorio en un párrafo que resalta lo inapropiado de callar violentamente la opinión popular. Afortunadamente Benjamín resalta que es necesario ‘convencer a la gente’ de la importancia de la critica y así de la educación para que las opiniones adquieran una cierta trascendencia. Lo más interesante de esta parte del artículo es la aceptación de que la critica es, en cierto modo, relativa y que su importancia no radica particularmente en su contenido individual sino, al contrario, que su efectividad se mide en términos de su capacidad para generar mas crítica y así motivar la exploración productiva. Cuando se pasa al tema de la historia la posición cambia bastante. Esta parte del artículo sostiene que la historia debe ser selectiva y utiliza a Karl Popper como referente teórico. Esta afirmación, requiere una explicación para evitar la descontextualización de Popper quien no sugiere de ninguna manera que esta selectividad cree una jerarquía socio-cultural a través de la cual se omitan otras historias. En otras palabras, es cierto que Popper mantiene que es ‘inevitable’ que el historiador se concentre en un aspecto de la historia (una región, un periodo, etc.) y que adopte una posición personal respecto a ese aspecto, en esto Popper sigue las ideas de Theodor Adorno sobre la omnipresencia de la ideología. Esta aclaración es necesaria pues la frase ‘Karl Popper afirma que no puede haber historia sin un punto de vista: de igual forma que en las ciencias naturales, la historia tiene que ser selectiva si no quiere ahogarse en un mar de datos pobres y mal relacionados, [Y] recomienda escribir solo aquella historia que nos interese’ podría ser interpretada negativamente en el sentido que hay que construir la historia que nos conviene a través de una selección especifica de datos. Esto también implica que otras historias no sean escritas y así construidas por no entrar en la exclusiva selección. Esta es una posición académicamente cuestionable y más aun en nuestro propio medio. Más aun, esta la razón por la cual nuestra arquitectura no es conocida internacionalmente: por que la historia de la arquitectura ha sido escrita por historiadores a quienes nuestra arquitectura no les interesa, y si la seleccionan, no tardan en compararla con la de ellos para demostrar su autoridad y nuestra inferioridad. Por eso es importante que la historia sea incluyente y democrática dando cabida a todas las historias que, entrelazadas, forman nuestro complejo presente. Tratar de construir una sola historia que nos conviene con el objeto de ocultar todas las otras no es desde ningún punto de vista acertado. Pasando de la historia a la teoría, Benjamín advierte con atino que ‘sin una perspectiva histórica difícilmente se puede construir una teoría de la arquitectura (y la ciudad)’. Pero quiero proponer una pequeña modificación a la frase, y sugerir que en vez de decir ‘una teoría’ se leyera solo ‘teoría’; no una sola, sino teoría en general permitiendo así la multiplicidad y no la eliminación de diferencias. En este sentido me atrevo a recalcar que los arquitectos, particularmente en Colombia, deberían hacer un esfuerzo para entender que la existencia de diferencias no es negativa, al contrario, es parte inseparable de nuestra cultura y de nuestra historia y así también de la riqueza de nuestras ciudades. Es precisamente la teoría la que nos abre la puerta a entender el problema de la multiplicad a través del trabajo de filósofos y teóricos como Derrida, Deleuze, Guattari, Foucault, Lefebvre y Popper mismo. A través de su trabajo descubrimos la importancia de exceder los límites imprecisos y artificiales de lo que hasta principios del siglo XX se llamaba la cultura occidental: una mono-cultura blanca y europea, linear y homogénea. ¡Mentira! Nos gritan los filósofos mencionados anteriormente. Nuestras sociedades son heterogéneas, están fracturadas y habitadas por innumerables diferencias. Fue tan fuerte el llamado que nos hicieron estos ‘críticos y teóricos’ que aparecieron nuevas académicas (feminismo, estudios de minorías, estudios homosexuales ―gays and lesbians―, discurso poscolonial) y a través de estas nuevas disciplinas ‘las historias’ del mal llamado mundo occidental fueron re-escritas y muchas historias emergieron en el panorama académico mundial. En conclusión, celebro enormemente el llamado que hace Benjamín a la crítica, a su importancia en el contexto arquitectónico, a su inclusión en los currículos académicos y a su continuidad. Celebro igualmente su crítica a la frivolidad con que se acercan muchos arquitectos al proyecto arquitectónico y a la falta de preparación de los que enseñan arquitectura en las escuelas colombianas. Pero por otra parte necesito resaltar la importancia de desarrollar un método riguroso con el cual hacer, o construir, la historia la teoría y la crítica. Por ejemplo, y con el ánimo de suscitar la continuación del debate, le pregunto al arquitecto Fischer, cómo puede sustentar la acusación de que las arquitecturas de la ultima década son copias de otras y por lo tanto son de menor calidad que las anteriores por haber llegado a través de revistas extranjeras, ¿acaso no lo han sido todas? ¿Que son ‘arquitecturas propias’? ¿Ha habido arquitecturas propias alguna vez? ¿Cuáles? Saludos, Felipe Dr. Felipe Hernandez B.Arch.; MA; Ph.D. Architect (SCA – RIBA) School of Architecture Co-Director, Centre for Architecture and the Visual Arts The University of Liverpool Leverhulme Building Abercromby Square Liverpool L69 3BX United Kingdom p. + 44 (0)151 794 3336 f. + 44 (0)151 794 2605 _________________________________________________________ Mayo 15 de 2008 From: Guillermo Fischer To: ‘Hernandez, Felipe’ Subject: debate-respuesta a Felipe Hernández Estimado Felipe; Agradezco su aporte al debate y la precisión de sus preguntas, cuya aclaración me parece fundamental para el desarrollo del debate. Tal vez lo primero que muestra la aparición del mismo, es la ausencia de crítica nacional. Considero que todo lo que se entiende por crítica en el país son las descripciones de proyectos en la Bienal o en revistas que se caracterizan por su frivolidad. Como las preguntas que me hace se componen a su vez de otras, le respondo una por una: ¿cómo puede sustentar la acusación de que las arquitecturas de la ultima década son copias de otras?… Primero hay diferenciar entre dos arquitecturas: la arquitectura de las promotoras inmobiliarias, a la cual he calificado de arquitectura chatarra, la cual esta llenando nuestras ciudades, la otra, la arquitectura que se podría llamar culta, la cual es premiada en concursos y bienales y que nos representa en eventos académicos internacionales, la primera es una amalgama de intereses comerciales del mercado inmobiliario y por lo tanto carece de interés en esta discusión. En cuanto a la segunda, es probable la acusación de varias maneras: Una es haciendo un barrido de los concursos de la ultima década, donde es demasiado fácil encontrar en abundancia las utilización del mecanismo, otra es hacer un comparativo de la obras de Giancarlo y otros que comparten el procedimiento proyectual , con sus respectivas referencias y comprobar así esta hipótesis de manera visual y cronológica, una tercera es a través de los testimonios de sus colaboradores, los cuales he tenido de manera directa, sobre el mecanismo de la referencia directa utilizado en sus talleres. Cuarta, también he sido testigo en conferencias de la apropiación de teoría proyectual sin hacer claro su origen. Pero, desgraciadamente tengo un problema de disponibilidad de tiempo para embarcarme en estas demostraciones. ¿algún voluntario? y por lo tanto son de menor calidad que las anteriores por haber llegado a través de revistas extranjeras…. No he dicho que sean de menor calidad, a lo mejor los proyectos de Giancarlo sean peores o mejores que los originales, la calidad de la obra no es el meollo de la discusión, traigo a colación nuevamente la actitud de Phillip Johnson la cual me parece absolutamente válida, pero que no comparto, quien reconoció la copia como procedimiento proyectual pertinente, y de quien se dice, alegó no solamente hacerlo bien, sino incluso mejor. Lo que he cuestionado es la es la manera en que se presentan como propios tanto los proyectos como la teoría detrás de ellos y que esta sea la arquitectura nacional que se presenta al exterior. De esta forma el carácter de este debate es ético ¿acaso no lo han sido todas? Estoy de acuerdo la arquitectura nacional siempre ha pertenecido a movimientos que provienen del extranjero, sin embargo existen dos diferencias con respecto a la situación actual: La primera es que en general seguían ideologías y formas que correspondían a movimientos o corrientes determinadas, no eran apropiaciones formales de arquitectos específicos. La segunda, y la más importante es que reconocían su pertenencia a determinada corriente extranjera, y su deuda formal con los valores estéticos y conceptuales de la misma, no se presentaban como una vanguardia original. ¿Que son ‘arquitecturas propias’? Quise decir una arquitectura que no peque de falta de originalidad. Sin embargo, podrían existir muchas variantes de lo que se pudiera llamar una arquitectura propia. Pero creo que Ud. quiere que sea mas especifico; ilustro entonces mi propia visión, la cual podría ser una de ellas, pienso que en la arquitectura de los cincuentas en Colombia , la cual importó valores estéticos y teóricos, hubo un especial desarrollo propio en la expresión de temas estéticos relacionados con la expresión de la realidad constructiva de los proyectos , heredando vía el movimiento moderno la línea teórica De Cordemoy-Laugier-Ruskin-Le Duc, la llamada «honestidad constructiva», la arquitectura que he construido esta basada en esa variación «genética ‘ de esos valores estéticos , lo cual a mi parecer , le validaría el carácter de propia. ¿Ha habido arquitecturas propias alguna vez? ¿Cuáles? Habría obviamente que comenzar por la arquitectura de Rogelio Salmona quien de una u otra manera siempre habló de lo propio; o de lo propio para el paisaje; o de construir paisajes en función de lo local; en fin, si nos metemos en la discusión sobre lo que Salmona hizo y no hizo nos salimos del tema. Y yo realmente de esto no sé. Creo, sin embargo que además de esta referencia obligada están las arquitecturas de los otros arquitectos canónicos como Bermúdez, Triana y Obregón. Los menciono porque hice un trabajo sobre ellos, porque los he estudiado y porque creo haber aprendido mucho de ellos. Acerca de si hay más, no lo dudo, pero preferiría que alguien que los conozca los nombre. Espero haber respondido con la precisión requerida, Memo Fischer _________________________________________________________ From: FELIPE ASSADI [mailto:felipe@assadi.cl] Sent: Miércoles, 14 de Mayo de 2008 10:54 p.m. To: daniel bonilla Subject: FARC Daniel, propongo unas nuevas FARC: Fundamentalistas Arquitectónicos Regionalistas de Cali. Adivina quien podría ser el líder. Otra cosa, en virtud de la gran cantidad de mails que hemos recibido, sólo un comentario para aligerar el debate: que ganas de tener encargos de este tipo y tener el oficio de hacer «espectáculos formales ya pasados de moda» y tener reconocimientos internacionales de esta envergadura. Giancarlo, ya te felicité hace un tiempo, ahora lo reitero públicamente. Saludos al resto, Felipe Assadi ________________________________________________________ From: Guillermo Fischer [mailto:gfischer@etb.net.co] Sent: Jueves, 15 de Mayo de 2008 06:53 a.m. To: ‘FELIPE ASSADI’; ‘daniel bonilla’ Subject: RE: FARC mas insultos Sr. Assadi; Cuando se participa en un debate en la forma que Usted lo hace, recurriendo a insultos solo muestra pobreza intelectual. Con su débil argumentación nos da la razón a quienes mantenemos que quienes practican o defienden como es el caso suyo, el mecanismo proyectual de la copia carecen de fundamentación teórica propia. Lo invito a demostrar en este medio lo contrario: Atentamente Memo Fischer _________________________________________________________ From: Mauricio F Pinilla Acevedo [mailto:mpinilla@uniandes.edu.co] Sent: Sat 5/17/2008 12:54 PM Subject: Re: debate-respuesta a Felipe Hernández RE: Debate Para apoyar a Memo en su defensa de la arquitectura moderna colombiana como una arquitectura propia hay que leer la interesantísima tesis de Hugo Mondragón para su titulación en el programa de maestría de la Católica de Chile, titulado «Arquitectura en Colombia 1946-51, lecturas críticas de la revista Proa.» En él se explica cómo la tradición y la modernidad estaban profundamente imbricadas en el pensamiento de los intelectuales de nuestra arquitectura de entonces y que en la sencillez y relativa autonomía de nuestra herencia constructiva colonial veían unos orígenes puros y descontaminados. También Villanueva en Venezuela hablaba de la casa colonial como inspiradora de su arquitectura y de las relaciones (maravillosas) que esta logró construir con su clima. Carpentier en «La consagración de la primavera» también sitúa al héroe de la novela proponiendo una arquitectura moderna vitalizada por el contacto con una realidad cultural, climática y topográfica que los pioneros del movimiento moderno en Europa ni imaginaban que existiera: abierta, sombreada, transparente a la brisa y al sonido y a los aromas de la vegetación, permeable para la música y los saludos y el bochinche de nuestras calles… Eran arquitecturas en las que además, las limitaciones tecnológicas obligaban a construir con materiales locales y a imaginar soluciones constructivas originales. Hoy en día, los materiales ligeros industrializados están por doquier y son accesibles a cualquiera, con lo cual, entre otras cosas, se ha ido borrando las posibles relaciones de la arquitectura hecha por colombianos en Colombia con los climas locales y todo termina resolviéndose con una gran persiana que todo lo envuelve en un uniforme internacional del que ya se está abusando demasiado. Además, con excepción de una élite culta, el acceso a las fuentes lo tenían los arquitectos de entonces solamente durante su formación en la Universidad Nacional y luego, intermediado, solamente a través de las obras que a esa élite le eran publicadas en PROA. Muy pocos tenían acceso directo a las revistas norteamericanas y mucho menos a la L´architecture dauojourd´hui. Uno siente que la obra de Borrero, Zamorano y Giovanelly en Cali, para dar un ejemplo de arquitectos de élite pero situados en provincia, es profundamente colombiana. Aunque para los teóricos más profundos haga falta argumentación más sólida para afirmarlo, no la tengo, solo puedo hablar de las relaciones entrañables que lograban construir con el lugar. Mauricio Pinilla _________________________________________________________ From: Ricardo Castro, Prof. [mailto:ricardo.castro@mcgill.ca] Sent: Domingo, 18 de Mayo de 2008 04:55 p.m. Subject: RE: debate-respuesta a Felipe Hernández Estimados Mauricio y colegas, Infortunadamente, no he podido participar en el forum pues no tengo bases para comentar el proyecto, al cual no he tenido acceso. Me encuentro de viaje académico por el extranjero hace semanas y mi uso del Internet ha sido esporádico y difícil. De ahí el laconismo que sigue. Quería solamente decirte, decirles, que tu comentario, lo encuentro pertinente para cualquier critica que se haga en Colombia sobre arquitectura y en la cual se piense, me atrevo a sugerir, que una arquitectura ética, condición que no debemos olvidar, es, parafraseándote, una que se construye con lugar y lo que este genera en términos de conexiones entrañables. Ricardo Professor Ricardo L. Castro, MRAIC School of Architecture McGill University 815 Sherbrooke St West Montreal, QC., Canada H3A 2K6 Tel. 1 514 398 6718 Fax. 1 514 398 7372 ______________________________________________________ From: hugo mondragon [mailto:hmondralopez@hotmail.com] Sent: Martes, 20 de Mayo de 2008 11:20 a.m. Subject: Más sobre el debate… Estimados lectores. He seguido con interés el intercambio de correos que se ha producido a raíz del premio obtenido por Giancarlo Mazzanti en la reciente Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo celebrada en Portugal. Había decidido permanecer como espectador en vista de que mi situación de colombiano residente en el exterior no me permite seguir detalladamente los debates y discusiones del día a día. Sin embargo en uno de los últimos correos, Mauricio Pinilla, ha citado en su argumentación mi tesis sobre los primeros cinco años de la revista Proa, sobre lo cual me gustaría hacer algunas precisiones. Me parece que lo que la tesis ayudó a develar fue la impecable construcción ideológica que realizó el director de la revista Proa, Carlos Martínez, quien se propuso presentar la Arquitectura Moderna como la continuación, con nuevos ropajes, de un reducido conjunto de principios arquitectónicos que, según Martínez, estaban presentes en la Arquitectura Colonial Colombiana: sobriedad, austeridad, economía de medios expresivos, relación con el lugar, construcción artesanal, etc. Quiero enfatizar en que lo que realizó Martínez fue una CONSTRUCCION IDEOLÓGICA que le sirvió para interpretar el pasado (Historia de la arquitectura) y para poder hacer una valoración de la arquitectura del presente (Crítica). Esta construcción ideológica -realizada a finales del años 40’, en el marco de una sociedad conservadora y aislada (la sociedad bogotana), y en pleno apogeo del movimiento neo-colonial en América Latina- ha tenido una sorprendente vigencia en el tiempo y uno la puede leer todavía en muchos de las opiniones vertidas por los participantes en este intercambio de correos. Esta permanencia se debe en gran medida a que los más destacados continuadores de la tarea iniciada por Martínez en Colombia, vale decir, Germán Téllez y Silvia Arango, por inercia o por decisión, mantuvieron prácticamente el mismo encuadramiento ideológico que había construido Martínez. Como consecuencia, durante los últimos 30 o 40 años hemos asistido en la cultura arquitectónica de Colombia a un monólogo sobre arquitectura del lugar, rescate de tradiciones constructivas, permanencia tipológica, etc. La obra y el procedimiento proyectual de Rogelio Salmona se convirtió en el epítome de esta construcción ideológica. Salmona fue, sin lugar a dudas, el más grande arquitecto de la segunda mitad del siglo XX en Colombia. Su procedimiento proyectual fue enunciado con una claridad pocas veces observada en el medio nacional y la congruencia que presenta su obra entre la teoría y la práctica está fuera de toda discusión. El problema comenzó cuando la crítica nacional, actuando de acuerdo con la construcción ideológica de Martínez, decidió que el procedimiento proyectual desarrollado por Salmona era la única forma válida de hacer arquitectura en Colombia. Todo lo demás entraba en el indeseable estatuto de «traición a la patria». Si como sostienen algunos autores la cultura es un campo de batalla en el que compiten producciones culturales alternativas, me parece que la salud de la cultura arquitectónica de un país tendría que medirse por la cantidad de producciones arquitectónicas que es capaz de producir para entrar en contienda. Por esta razón, considero que el camino de construir un “Tribunal de la Inquisición” para juzgar a Mazzanti, Bonilla y Cía, como si fueran herejes, nos deja muy mal parados como sociedad que tolera y que promueve la diversidad porque la reconoce como un valor. Resulta inexplicable que el movimiento arquitectónico alternativo que se ha venido gestando durante los últimos 10 o 15 años en Colombia, no haya recibido la atención de la crítica nacional, y en cambio, sea mejor conocido a través de publicaciones extranjeras (Revista Arquine de México, por ejemplo). Creo que es necesario revisar la modalidad de crítica arquitectónica militante que se ha impuesto en Colombia durante los últimos 30 o 40 años y propender por una crítica inclusiva, que admita y que promueva el desarrollo de posiciones discordantes como condición fundamental del debate arquitectónico nacional. La buena arquitectura no tiene denominación de origen. Finalmente, creo que los debates arquitectónicos tienen distintos espacios de desarrollo. Las publicaciones, las exposiciones, los congresos, las universidades, y los propios edificios. Mi opinión es que los arquitectos diseñadores debaten con proyectos y obras, y si no se está de acuerdo con la arquitectura de Mazzanti, lo que corresponde es responder con un edificio. Un cordial saludo a todos los participantes. Hugo Mondragón López. _________________________________________________________ De: Guillermo Fischer [mailto:gfischer@etb.net.co] Asunto: RE: Mas sobre el debate… Fecha: martes 20 de mayo de 2008 Hugo: Estoy de acuerdo con la totalidad de lo manifestado, mi único desacuerdo, de carácter absoluto, es que si bien me parece que es absolutamente necesario construir una crítica no militante e incluyente, eso no implica que los proyectistas no podamos participar con opinión critica, y solamente debatir a través de obras. Vale la pena ratificar que no se trata de construir un tribunal de la Inquisición, sino una invitación a debatir posiciones, la cual hasta ahora, sólo ha aceptado el arquitecto Broid. Saludos, Memo Fischer ______________________________________________________________ From: GONZALO CORREAL OSPINA [mailto:correal@cable.net.co] Sent: Domingo, 18 de Mayo de 2008 10:25 p.m. Subject: RE: De G. Correal Más allá del lenguaje, lo que está en debate, son los fundamentos mismos de la arquitectura (ontológicos, epistemológicos, teóricos y metodológicos) y de forma concreta, cómo los arquitectos colombianos contribuimos en su construcción (o al menos cómo los entendemos y aplicamos en nuestro ejercicio profesional). Para todos está claro que el metalenguaje encriptado al que hace referencia el arquitecto Sergio Trujillo se han tomado nuestras facultades, intoxicando nuestro frágil sustento conceptual. Puede que permanezcamos más cerca de los rizomas urbanos, de los ecotonos y de los paisajes interactivos que la realidad social del país. Del espacio amniótico y de las cartografías que de nuestra propia cultura. Valdría la pena evaluar si no está pasando lo mismo con la arquitectura que proyectamos y que construimos (al menos en términos de imagen), y si no está afectando también la forma en que se juzga, evalúa y premia…. Esto involucra directamente nuestra capacidad de construir y validar el conocimiento desde la profesión, entre otros aspectos, como también la pertinencia de este conocimiento para el ejercicio profesional, y no con la capacidad de los arquitectos en general o con los méritos de algún arquitecto en particular. Creo que el debate razonado no sólo es sano y oportuno, sino que volviendo nuevamente al correo de Sergio, resulta absolutamente pertinente. Así por lo menos podremos hablar con fundamentos de la “emergencia de nuevos territorios” de la arquitectura en Colombia! Gonzalo Correal Ospina _________________________________________________________ From: tallercinco [mailto:tallercinco@prodigy.net.mx] Sent: Lunes, 19 de Mayo de 2008 06:34 p.m. To: felipehm Subject: Ref:Beneath a Cloudless Sky Mis queridos colegas: Voluntariamente conciente quiero mantenerme al margen de la discusión, pero tengo unas preguntas y una sugerencia: Pregunta 1.- Hasta donde se considera que uno copia o no una obra? Pregunta 2.- Qué épocas de la historia esta permitido copiar y cuales no. Pregunta 3.- A que arquitectos esta permitido copiar y a cuales no. Pregunta 4.- A que región geográfica se nos esta permitido ver para copiar y a cuales no. Porque los que copiamos no discriminamos. Tomamos cualquier obra que nos sea útil, venga de donde venga, la haya hecho quien la haya hecho y se haya hecho cuando se haya hecho. La sugerencia: quien no haya copiado….. que tire la primera piedra. Porque creo que, en el fondo del asunto, existe una gran moralina que muchos no quieren admitir. Quien pone los límites. Hasta donde llega lo «auténtico». Quién se siente con la responsabilidad moral de definir los limites? Isaac Broid Chicago No. 27 pb Col. Nàpoles CP. 03810 Del. Benito Juárez Tel/fax 55 36 23 86 56 87 08 15 tallercinco@prodigy.net.mx www.isaacbroid.com _________________________________________________________ From: Guillermo Fischer [mailto:gfischer@etb.net.co] Sent: Martes, 20 de Mayo de 2008 08:44 a.m. Subject: respuesta a Isaac Broid Apreciado colega: Celebro su participación en este debate y su valentía en asumir la posición de defensa del mecanismo proyectual basado en la copia: Creo que el centro del debate no es la validez del ejercicio de la copia, como lo he dicho anteriormente, puede ser una actitud proyectual valida, la cual aclaro no comparto, de esta manera, he mencionado anteriormente la pertinencia del caso de Phillip Johnson, El meollo de esta discusión está en como formas y teorías ajenas son utilizadas y presentadas como propias y no en el cuando, el como y de quien. El otro tema que se desprende es el cuestionamiento sobre el hecho que esta arquitectura sea la premiada en concursos y Bienales, y de aquí se desprende a su vez un cuestionamiento sobre la composición de los cuerpos de jurados correspondientes. El carácter de esta discusión es pues, ético Con esto creo haberle respondido a los numerales 2, 3 y 4 En respuesta a la primera pregunta ¿Hasta donde se considera que uno copia o no una obra? Creo que la definición de copia de la RAE aplica perfectamente para esta situación: Imitación de una obra ajena, con la pretensión de que parezca original. En relación con la cuarta pregunta me gustaría comentarle que he utilizado anteriormente en algunos de mis proyectos formas ajenas, y no tengo problema en contar los datos específicos en cuales proyectos lo hice y reconocer su origen. Considero estos hechos forman parte de mi inmadurez como arquitecto, actitud que hoy en día evito. Un cordial saludo, Guillermo Fischer ______________________________________________________ From: Mauricio F Pinilla Acevedo [mailto:mpinilla@uniandes.edu.co] Sent: Martes, 20 de Mayo de 2008 07:02 p.m. Subject: Re: Ref:Beneath a Cloudless Sky Apreciados amigos, La discusión no trata sobre este tema que propone Isaac, a mi modo de ver. La discusión trata sobre la pertinencia de la arquitectura desde el punto de vista ambiental, desde el punto de vista social, desde el punto de vista técnico y de los recursos… yo creo que se pierde el sentido de esta discusión tan sabrosa (que en ningún momento debe entenderse como un juicio a unos colegas) si nos vamos al rincón de la estética. Ya sabemos que hay una historia de la arquitectura y de las formas de habitar y que ella es patrimonio universal y alimenta todo nuevo acto de creación de un edificio. Los tiempos, las geografías y los personajes terminan fundiéndose en una amalgama de la cual puede y debe obtener conocimiento todo arquitecto. Cuántos edificios palladianos fueron construidos en los siglos XVIII y XIX en todo el mundo y cuántos de ellos con relativo buen acierto? El problema, después del movimiento moderno y de su propuesta ética, es si eso puede seguir considerándose lícito cuando además, la imagen prima y los demás valores quedan refundidos tras la estudiada elegancia de las fotografías de autor en las páginas brillantes de las revistas y libros ornamentales de las editoriales internacionales. Y cuando el paradigma no es Palladio sino son los señores Koolhaas o Nouvel, de los cuales quizás nadie guarde recuerdo en treinta años, el dilema intelectual se transforma en un asunto de pura vanidad… Mauricio Pinilla _____________________________________________________________ From: Camilo Restrepo [mailto:camilorpo@une.net.co] Sent: Jueves, 22 de Mayo de 2008 05:47 p.m. To: xsamper@uniandes.edu.co Subject: continuando el debate…..
TEST Y EXPERIMENTACION
0. ESTADO CRÍTICO Vale la pena localizar esta discusión en el terreno de las ideas, la tolerancia y el derecho a disentir. No en el terreno nostálgico de la moral y el falso proteccionismo. Pareciera que en la arquitectura en Colombia y en la academia se es un criminal cuando se asume practicar arquitecturas desprendidas de la carga moral impuesta por la modernidad o sus posteriores distorsiones (regionalismo critico, estructuralismo, postmodernidad historicista, etc.): higiénica, blanca, pura, aséptica, de tabula rasa, de sabios y bellos juegos de volúmenes bajo el sol. De objetos compuestos sobre el paisaje. De la mirada romántica de estilos y composiciones, de símbolos y significados, de historicismos y falsas identidades. Se ha tratado de establecer, desde escuelas y arquitectos, irresponsablemente, que la arquitectura en Colombia es una sola, y el no hacerla de acuerdo a ese imaginario, se incurre en ser un apátrida, un arquitecto poco original, un peligro cultural. Tampoco debería ser motivo de crítica moral experimentar, buscar y construir otras miradas a lo que nos rodea. Acaso todos queremos y debemos hacer y buscar las mismas arquitecturas? Desde hace algún tiempo, las arquitecturas y sus prácticas han dejado de ser entidades ideológicas o formulas permanentes estrictamente autoreferenciadas, empacadas al vacío, libres del desgaste o el agotamiento. Las practicas y sus productos se transforman, evolucionan. Y con ellos la estructura crítica que las soporta o pretende soportarlo. Hoy, maneras diferentes de hacer arquitectura, expresadas a través de palabras, miradas, técnicas constructivas y procedimentales, conceptos e interpretaciones del mundo nos señalan maneras diferentes de relacionarnos, de ocupar el espacio, de gestionarlo y producirlo. Es muy cómodo construir bastiones teóricos para hacer ataques morales, juicios de valor y reclamos abstractos, descargados de rigor. Reclamos ligeros y contradictorios que proclaman una defensa de lo original, de lo propio, de la tradición. La crítica cuando es rigurosa deja de lado la moral y la nostalgia. Porque considerar que maneras diferentes de pensar y hacer son un enemigo al cual hay que erradicar? Pienso que aquí hay un grave malentendido, este no es un tribunal moral, es un debate acerca del mecanismo de proyección basado en la copia, que como todo acto humano, tiene connotaciones éticas y aunque han existido participaciones de arquitectos que se consideran regionalistas, (yo no pertenezco a esa corriente) respeto su oposición y todas las otras que puedan existir en este contexto. Me parece que por lo contrario Ud. esta condenando al regionalismo y otras arquitecturas “desprendidas de la carga moral impuesta por la modernidad…”. De esta manera, no me queda claro, que arquitecturas son posibles, según su criterio? Es la arquitectura basada en copia de vanguardias el camino de la originalidad? 1. PROPICIAR EL CAMBIO DE ESTADO Los cambios de estado solo se pueden producir cuando se reforma el sistema. Hace algunos años el arquitecto español Andrés Perea afirmaba en una conferencia que el arquitecto tiene el poder para cambiar el estado de las cosas. La primera, proponía, era siendo un arquitecto crítico. La segunda, siendo jurado de concursos. Y la tercera siendo docente. 2. EXPERIMENTACION Y TESTEO Experimentación y testeo, actividades protocolarias y cotidianas en la investigación científica, nos pueden señalar vías de acción para repensar el estado de las cosas. EXPERIMENTO: Construye conocimiento, puesto que no pretende resolver ninguna disputa o conflicto. En principio no es más que una apuesta a lo nuevo, a lo desconocido, se hace preguntas: De que están hechas las cosas? Como operan? Para qué? El experimento, esta mas allá del bien o el mal, esta descargado de moral. Su objetivo primordial, construir conocimiento a partir del riesgo, de ensayar, de investigar. TEST: Pretende comprobar el conocimiento producido y recorrido en la suma de experimentaciones, pone a prueba la acumulación de experiencias materializadas en un propósito, producto u objetivo común. (Llámese tipo de arquitecto, jabón, nuevo combustible, etc.) Busca saber, dicho producto u objetivo, que capacidades tiene, saber de que está hecho y como corregirlo, perfeccionarlo o transformarlo, es un pensamiento / acción critica. Pone a prueba el estado de las cosas. 3. APLICACIONES Retomando el planteamiento del profesor Perea, podemos aplicar los principios de experimentación y testeo a las entidades o espacios de acción del arquitecto: 1. Las escuelas de arquitectura. 2. El arquitecto crítico. 3. Los concursos de arquitectura. Estos campos de acción del arquitecto son un triangulo, donde sus componentes son co – dependientes y su sincronía, le permite a la cultura arquitectónica desarrollarse. a. Escuelas de arquitectura – Espacio de experimentación Las escuelas pueden constituirse como espacios de experimentación, de riesgo e innovación. Allí a través de esta mentalidad se pueden descubrir métodos, formas y políticas antes impensables, las cuales puedan contribuir a la construcción de una sociedad diversa. De una práctica critica de la arquitectura, estructurada en el respeto y el rigor. Una escuela que no arriesga, ni experimenta, no puede construir arquitectos críticos. Si los arquitectos no son críticos, no se pueden construir oportunidades y otras miradas a la ciudad, a la arquitectura, a la sociedad. De acuerdo, desgraciadamente el” testeo’ como Ud. lo llama, en la academia se ha convertido en la aplicación del mecanismo de la copia b. El arquitecto critico – agente” testeador” El arquitecto crítico es el mejor agente y una garantía de calidad social y cultural. El arquitecto critico, educado en la experimentación, es capaz de testear y sintonizar el espíritu del tiempo, las condiciones del mundo y los cambios de estado. Su característica es la del termostato, el cual de acuerdo a las mediciones que hace del medio le permite regularse, corregir e introducir nuevas variables al sistema. Es un agente activo. Susceptible al cambio. c. Concursos de arquitectura – espacios de oportunidad. Los concursos son un espacio que de manera simultánea nos ofrece la posibilidad de experimentar y testear. Testear nuestras escuelas, experimentar con nuestros intereses de manera responsable. Espacio para proponer nuevas miradas, no para hacer lo mismo que puede ser gestionado a través de la empresa privada o los encargos directos. Los concursos son ante todo un espacio de oportunidad. Es un espacio de oportunidad para los jóvenes proponer sus proyectos, para afianzar modelos ó para discutir y ensayar otras arquitecturas, para testear otros modelos de comportamiento señalado por nuevas arquitecturas. Los concursos y los jurados son situaciones que deben estar abiertas al cambio, no a la protección del estado de las cosas. Sin lugar a dudas es necesario conformar nuevos mecanismos de valoración de las propuestas en los concursos, pero en sentido abierto, para estimular la participación de arquitectos de todas las edades y todas las ideologías. En los concursos el jurado debería estar conformado por arquitectos de experiencia y arquitectos jóvenes, arquitectos conservadores y arquitectos liberales. Dar una oportunidad a la diferencia. A construir una mirada diferente donde la critica sea rigurosa, las discusiones edificantes. No para dogmatizar y uniformar. Totalmente de acuerdo, Sin embargo, el problema que se evidencia en este debate es la idoneidad de la composición de los cuerpos de jurados, debido a que juegan factores políticos internos de la SCA en la elección de los jurados en los últimos años. Camilo Restrepo – Ochoa www.camilorestrepo.net Arquitecto – Urbanista Calle 5g # 32 – 103 Int 9903, Medellín, Colombia Mobil: 57 – 310 8297838, Ph. 57 – 4 – 2687540, Fx. 57 – 4 – 2681951 _________________________________________________________ 2008/5/24 Jorge Perez <perezcities@une.net.co>: Cordial saludo, Me interesa contribuir con el debate, ampliando algunas ideas, de manera improvisada y espontánea desde Medellín. Colombia es un país complejo, diverso y rico, tanto ambiental y territorialmente como cultural y socialmente. La «historia oficial» disponible de la arquitectura colombiana, está lejos de haber madurado y especialmente, de haber explicado con suficiencia de rigor e inclusión de información, la realidad sobre todas las regiones. Si bien durante las últimas décadas se produjo un extraordinario conocimiento al respecto, aún contamos con niveles significativos de claridad, una visión oficial extremadamente «bogotana» de nuestra realidad. Adicionalmente, es claro que no existe un «sistema» de crítica en el país adecuadamente insertado en la opinión pública, que fomente la discusión, el análisis y el conocimiento acerca de nuestro desarrollo arquitectónico. En el caso de Antioquia como en de la mayoría de las regiones, el asunto es aún más serio pues es prácticamente nula la producción crítica regional, generando una dependencia «aceptada» de la visión disponible. En esta región antioqueña, la historia de la arquitectura ha tenido antecedentes y expresiones similares en algunos aspectos, pero también diferentes a las de Bogotá y otras regiones del país. Es pertinente considerar que desde 1917 se creó en Medellín una asociación de arquitectos, la que posteriormente en 1934, al integrarse con la que existía en Bogotá, permitió crear la Sociedad Colombiana de Arquitectos SCA. También que una vez creada la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, pocos años después en 1942, se fundó la Facultad de Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín – como segunda más antigua en Colombia – bajo liderazgo de un grupo de arquitectos locales de la talla de Federico Vásquez Uribe, Ignacio Vieira Jaramillo entre otros quienes habían estudiado en escuelas tan importantes como Columbia, Liverpool y Bruselas respectivamente. Posteriormente surgieron otros maestros con obras singulares como Martín y Nel Rodríguez, Antonio Mesa Jaramillo – discípulo de Le Corbusier antes de la 2a. guerra y cuya obra fue publicada incluso en Architecture D´Aujourdhui -, Pedro Nel Gómez, Alberto Dothée (de origen belga ), Federico Blodek (de origen austríaco ), entre otros. Por esos días, la ciudad era un entorno intelectual, social y económico ampliamente pujante, muy vinculado al mundo europeo, que produjo no sólo arquitectura sino literatura, arte, periodismo, política de alto valor para el país, entre otras valiosas expresiones culturales. Era una ciudad con auge industrial, en la cual surgió una importante cantidad de empresas, bancos, periódicos, universidades, sindicatos y gremios, en fin, una ciudad muy dinámica y en proceso de modernización. Durante este período, fue evidente la importancia de la ciudad y la región en el desarrollo de la arquitectura colombiana, lo cual evidencia no sólo las obras construidas, sino también hechos como la visita del maestro Le Corbusier,la formulación del Plan Piloto Regulador por José Luis Sert y Paul Lester Wiener en 1950 y la rica producción arquitectónica a lo largo de las décadas de los años 20 a los 50, que incluye valiosos ejemplos del Arquitectura Decó y moderna, con obras maravillosas, que expresan influencias precisas de maestros como Mendelsohn, Gropius, Wright entre otros particularmente adaptadas a nuestra realidad local. A diferencia de lo ocurrido en Bogotá, durante las décadas siguientes, la influencia de la arquitectura brasileña, Le Corbusier y de Richard Neutra sobre nuestra arquitectura fue más importante que la de los países escandinavos u otras expresiones más influyentes en Bogotá. Por estos mismos años, Barranquilla, Cali, Manizales así como algunas otras ciudades y regiones del país, desarrollaron proyectos de alto nivel y movimientos arquitectónicos locales con señas precisas de identidad regional que gradualmente consolidó una valiosa tradición moderna. En Medellín, la arquitectura y el ladrillo, han tenido expresiones brillantes desde inicios del siglo 20 como la Catedral de Villanueva, el Palacio Municipal o el Teatro Metropolitano, pero la búsqueda arquitectónica no se concentró con tanta potencia ni calidad en la experimentación con este material, como ocurrió en Bogotá. Tanto por las influencias descritas como por razones climáticas y paisajísticas, hay una rica tradición de uso del concreto, piedra, madera y otros materiales, que si bien son similares a los de otras regiones, tiene expresiones particulares en la nuestra. Planteamientos tan valiosos como los señalados por Hugo Mondragón en su tesis según describió Mauricio Pinilla, describen con claridad este aspecto. Durante las décadas recientes, el vigor y la riqueza de la producción de nuestra arquitectura local, ha sido evidente y ha estado vinculada a un proceso social y político muy complejo de nuestra sociedad, para superar los lastres y errores históricos así como la crisis económica y social que tanto a nivel local como global encuentra referentes y causas en la región. En Medellín, ha ido surgiendo un importante grupo profesional, desde los años 70, que sin duda produce obras de alto valor, con particularidades y expresiones, nuevamente matizadas y caracterizadas por visiones y búsquedas claramente diferentes a las de otras regiones. Los concursos, las bienales y las publicaciones especializadas – tanto nacionales como internacionales – así como la realidad urbana de Medellín hoy, dan buena cuenta del resurgimiento de la región y de sus arquitectos. Es real, que durante los años 90 y recientes, un grupo de profesionales originarios de Medellín y Antioquia, han aportado muchas y valiosas obras, pensamientos y propuestas a nuestro patrimonio cultural y que nuestras facultades de arquitectura tradicionales – UPB y UN sede Medellín – han sido foco importante de la construcción cultural renovada de nuestra profesión. Durante las mismas décadas, en nuestro país consolidó su obra nuestro «maestro de maestros» un monstruo intelectual en el sentido positivo de la palabra, Rogelio Salmona, quien consolidó una de las más ricas y valiosas obras de la arquitectura del mundo, como un patrimonio excepcional de nuestra civilización. La presencia de Salmona y sus obras, curiosamente suscitó un «establecimiento oficial de un sector influyente de la crítica nacional» que de manera contraria a lo que podría ser el propio ideario de libertad, independencia, sentido crítico y profunda búsqueda intelectual que caracterizó a nuestro maestro, generó una suerte de «tendencia» con matices de censura a toda arquitectura que se atreviera a recorrer caminos diferentes, más aún si era producida por jóvenes arquitectos desde «la provincia». Esto lamentablemente, generó «unanimismo» de efecto paralizante, por lo demás bastante conservador complementado por un cierto desenfoque en el análisis y la crítica, que llevó incluso a que la propia obra de nuestro maestro, fuera menos analizada, menos discutida y sobre todo menos valorada y aprovechada que lo que mereció por los más jóvenes y que el camino para el relevo generacional que merecía nuestra tradición y el adecuado reconocimiento internacional que por décadas tuvo nuestra cultura arquitectónica en el exterior, haya sido difícil de consolidar para nuestra producción arquitectónica reciente, entre los circuitos tradicionales de la crítica latinoamericana. Los últimos y pocos, surgidos a raíz de bienales y concursos durante los años 90 – que por momentos compartí -, en la mayoría de los casos, no han profundizado en la esencia y el valor de las obras formuladas y debatidas, sino más bien en porqué no seguían las huellas de Rogelio Salmona o porqué eran premiadas si existían obras del maestro como opciones para premiar. En este ambiente, se generó una suerte de «parálisis cultural» por la búsqueda de una pretendida identidad, poco clara y consecuente con nuestra diversidad y con la dinámica cultural del mundo contemporáneo, que descalificó casi todo lo más valioso y novedoso de nuestra producción intelectual reciente. Tanto en las bienales iberoamericanas como panamericanas, ha sido lamentable registrar que durante algunas ediciones, los propios integrantes colombianos de los jurados -en general vinculados a la «tendencia» -, lideraron posturas opuestas a que nuestros representantes colombianos resultaran premiados, incluso en contravía con la postura de los demás jurados. Es frecuente entre nosotros, que para triunfar o alcanzar reconocimiento haya que salir del país, y no cruzarse con nuestros compatriotas. De eso curiosamente fue víctima durante años el propio Rogelio Salmona. Qué tememos de que la diversidad y pluralidad de nuestro oficio? Surgen en medio de este debate, interrogantes enmarcados en la discusión sobre la ausencia de crítica, y sobre la necesidad de revalorar nuestra arquitectura y sus autores, así como de cuáles deben ser o no deben ser las actitudes de los arquitectos, ideas tales como las siguientes: Cómo se dio el tránsito entre nuestra identidad local tradicional y el surgimiento de la arquitectura moderna en el país? Eran copias las obras de nuestros maestros locales que bebieron de la rica modernidad europea y norteamericana a inicios del siglo 20? Qué rol juega en el análisis de nuestra identidad arquitectónica, el surgimiento de un entorno diferente frente a los flujos de la información y las relaciones culturales y a la territorialidad? Ha cambiado nuestro mundo profesional durante las últimas décadas? Qué es copiar? Qué es transformar? Qué es lo universal y qué es lo local? Íconos de la arquitectura universal como la Ópera de Sydney, Romeo y Julieta de Scharoun o Torres del Parque, Banco de Londres de Testa y otros, Iglesia Atlántida de Dieste y las propuestas por Sert para Tumaco y Chimbote, para citar unos pocos, son obras de un país o una contribución a la cultura universal? Existe una tradición moderna entre nosotros? En un continente como el nuestro, en que el 70% de los edificios no los producimos arquitectos, cuál es nuestra identidad arquitectónica? Cómo se consolida un «establecimiento» crítico oficial en un país? La responsabilidad es de quienes participan en el debate o de quienes no lo hacen? La crisis de crítica y de propuestas es local o es también universal en la situación contemporánea? Qué pasa en la mayoría de las regiones del país, pues es claro el protagonismo de la producción de Bogotá, Medellín y Cali? Qué es lo meritorio de la producción de un arquitecto? Qué rol juegan procesos macroeconómicos como la apertura de los mercados y la globalización, y el surgimiento de nuevos materiales y hábitos de consumo en la arquitectura? Por qué en Colombia no existen medios de discusión sólidos sobre arquitectura? Por qué el debate lo generan los proyectos ganadores de premios y no, como debería ser, la propia discusión de nuestra realidad? Es más preocupante que se premie algo en una bienal o concurso o que se produzca tanta arquitectura desechable como la que existe? Es mejor ocultarse en la mediocridad y la producción banal sin vincularse a debate alguno, como ocurre en general con nuestros arquitectos? Se debe valorar al arquitecto que concursa, participa en bienales y publicaciones y compromete sus propuestas a la evidencia pública? Tiene algún mérito participar en un concurso y que las obras públicas se seleccionen mediante este mecanismo? Se debe valorar y cómo, la acción de los arquitectos en la cualificación de nuestras ciudades – casos como Bogotá, Zipaquirá, Medellín, entre otros -? Los premios en bienales y concursos son lo más significativo? o lo fundamental es su testimonio sobre la producción arquitectónica en general, en su más amplio rango de análisis? Los premios tienen algo de política y autocomplacencia? Influye en algo la conveniencia de agradecer a un alcalde su labor en pro de la arquitectura de la ciudad, o a instancias que financian una bienal? Alguien realmente cree que los ganadores del Premio Pritzker son los mejores arquitectos o que los premios Nobel son los mejores escritores del mundo? Qué está pasando con la educación y los arquitectos? Las personas que han estudiado teoría y crítica en el país, qué proponen ante esta coyuntura? Retomo el certero planteamiento de Benjamín Barney que dio origen a este debate «… Pero ojalá sirva para que se de un debate en el país sobre muchos de los edificios que se están haciendo que no pasan de ser meros espectáculos formales ya pasados de moda…» Por último, agradezco desde mi ciudad, que mediante discusiones sobre arquitectura y edificios públicos, así sea de forma indirecta, se hable sobre esta Medellín, de manera diferente a la que ha sido tradicional, en que se ha asociado exclusivamente con el problema global – que no local – y profundamente doloroso del narcotráfico, a partir de los simplismos mediáticos tan normales en tiempos de globalización. Saludos a todos, Jorge Pérez Jaramillo Arquitecto perezcities@une.net.co / Carrera 35 No. 10 B 119 Int. 407, Ed. Caobos de Sotoverde Teléfonos 57+4 2660154 / Celular 57+311 7649039 Medellín, Colombia. _________________________________________________________ From: enrique larrañaga [mailto:ealv21@gmail.com] Sent: Viernes, 23 de Mayo de 2008 05:40 p.m. To: Jorge Pérez Subject: Re: Mas sobre el debate… Queridos comandante Benjamín, comandante Felipe y demás camaradas de contrapunteo convocados a éste por la aparentemente inofensiva e inclusiva lista de correo de Daniel Bonilla y que ha terminando siendo tan ardiente (me pregunto si Daniel estará sorprendido, asustado o muy complacido de las derivaciones de aquel primer, emocionado pero hasta medio escueto anunciando el simple premio a un proyecto de un amigo): Aprovecho este interesantísimo mensaje de Jorge, cargado de información casi completamente desconocida por mi (me imagino que también por varios de los no colombianos de esta lista, aunque más familiar para los vecinos, aunque quizá con datos novedosos incluso para alguno de los colombianos) para, a partir del tono que espero se entienda intencionadamente juguetón de la introducción, y ahora que parece que ya pasamos la fase (quizá inevitable) de los comentarios subidos de tono y hasta insultantes (pero nunca hay que perder la esperanza de que ellos reaparezcan entre arquitectos…..), desde el otro lado de la frontera pero con intereses y preocupaciones que son comunes (incluso más de lo que nos gustaría a veces reconocer, más allá de la edad, la localización y hasta la óptica), volver al foro con algunos comentarios, sugerencias, reflexiones o el etcétera que cada uno quiera adjudicarle (incluso el de inútiles…): 1. Siento que me he perdido varios comentarios y que sólo me llegan por los extractos hilados con su habitual fino humor y sagacidad por Willy o algo que se queda pegado en alguna contestación caída al vuelo, así que agradecería que si la idea es hacer una especie de foro virtual (a la espera de uno vivencial en algún momento y lugar) tomáramos como hábito darle al comando «reply to all» a cualquier respuesta a comentarios en este intercambio. 2. ¿Por qué nos preocupan tanto los premios? ¿Qué significan, representan, promueven o revelan? Un gran profesor que tuve la suerte de tener, el cubano Mario Romañach decía que entre los arquitectos famosos pueden distinguirse tres grupos» el de los conocidos, el de los reconocidos y el de los buenos. Como en la teoría de conjuntos, existen intersecciones entre estos grupos pero también hay conjuntos vacíos…. Eso lo sabemos todos. Pero igual seguimos siempre muy preocupados por los premios y lo que ellos marcan como paradigma deseable. Todos salimos corriendo a ver las películas que ganan festivales o se llevan el Oscar o al menos consiguen muchas nominaciones, pero esto debería habernos enseñado que un Oscar al mejor actor, aunque sea el mismo muñequito dorado y sin sexo (Dustin Hoffman dixit), es muy distinto si es a John Wayne que a Philip Seymour-Hoffman, como no es lo mismo Dances with wolves que No country for old men. Un premio no marca LO MEJOR ni del mundo ni siquiera de la pre-selección, sino la confluencia de factores que, en un momento dado, por circunstancias a veces indescifrables y otras inconfesables, pero también en otras afortunadas o simplemente evidentes, llevan a destacar una obra sobre otra. ¿Será eso lo que tanto (y tan comprensiblemente) irrita? ¿que un premio destaca y pone a una cosa sobre otra? Si los premios se dieran una sola vez en la vida, eso pudiera ser una tragedia (como también es una tragedia cuando se otorgan casi que in articulo mortis, para que el moribundo reciba un placebo de ego a ver si le sirve para recuperarse, pero eso es otro tema) La estupidez (a mi juicio) de darle el Pritzker a Zaha o a Nouvel, aún sin llegar a los niveles de cómica trasnacional del de Pontzamparc, no disminuye para nada el de Barragán o el de Murcutt o el Mendes. Alguna vez alguien me hizo notar (y lo tengo como uno de los factores principales para decidir si participo o no en un concurso) que el factor «de programa» más importante de cualquier competencia es el jurado. Por eso, al criticar un premio (éste o cualquier otro) habría que concentrarse más en el jurado y las circunstancias que rodean al evento que en el autor o hasta la obra. Creo que esta reflexión parece habérsenos escapado y debería ser incorporada a la discusión, sea a favor o en contra. 3. ¿Por qué nos preocupan tanto los autores? OJO: tanto de la obra como de los comentarios! Me imagino, primero que nada, que porque somos humanos y hay gente de cuyos éxitos nos alegramos y otros que nos encabronan, algunos cuyas palabras siempre nos suenan acertadas y otras que nos suenan indefectiblemente a rebuzno. Y no tendría que haber nada de malo en eso. Mientras no se nos olvide que, entonces, y como dice siempre para introducir sus cursos de Historia de Arquitectura mi amigo Henry Vicente (advirtiendo, de hecho, a sus estudiantes que no se vayan a creer demasiado de lo que va a decirles…) «lo que Pedro dice de Juan dice más de Pedro que de Juan». Por eso, no me preocupa demasiado algunas cosas que se han dejado por escrito en este intercambio, porque creo que corresponden más al ámbito de «sesión de terapia» que al de «declaración teórica». Pero sí creo que es deber crítico estar conscientes de la distinción y ponerla a jugar con claridad para no dejarse confundir entre las emociones, del tipo que sean, que pueda despertar Giancarlo o cualquiera de los escribientes de lo que se dice, incluso más allá del cómo se dice, que con un simple «epa, chamo, contrólate» (dicho en venezolano) no tiene que tener más implicación que el descontrol al que a veces nos lleva la emoción, pero que no tiene que generar un insulto cmo respuesta a lo que se considere un insulto. Nunca dos errores hacen un acierto….. 4. ¿Por qué nos preocupan tanto las obras? Porque eso es lo que hacemos, o al menos lo que queremos hacer. Y por lo que quisiéramos se nos conociera (como autores) y reconociera (con algún premio, que nunca molesta y a nadie cae mal; sería interesante hacer memoria de cuántos pocos han sido jamás rechazados). Pero UNA obra no es LA obra, como UN edificio no es LA ciudad, y a veces la calidad de un acierto (o de un reconocimiento) puede convertirse en una carga difícil de sobrellevar por el resto de la vida, casi tanto como el ser hijo de un famoso o el haber sido «una promesa», mucho más fácil de convertirse en decepción que cualquier pobre día-a-día del que nadie espera mayor genialidad y, en consecuencia, aprecia con verdadero cariño el más mínimo e insignificante acierto tangencial. No es fácil mantener el foco cuando tantas cosas tan diversas se mueven a tanta velocidad pero, porque creo que la crítica es fundamental, es indispensable saber que ninguna realidad es simple ni monotemática ni unidireccional y que todo está entreverado en la vida. Y cada vez más 5. ¿Por qué nos preocupan tanto la copia? ¿No estoy yo, en este mismo momento, COPIANDO signos que no inventé para formar palabras que no inventé en estructuras gramaticales que no inventé para poder tratar de hacerme entender por gente que tampoco inventó este territorio que nos permite comunicarnos y que llamamos lenguaje? ¿Y qué otra cosa es un edificio que un modo de comunicación, es decir, un lenguaje (constructivo, visual, funcional, jerárquico, etc.) que requiere la existencia y reconocimiento de convenciones COPIADAS para hacerse comprensible o si quiere intentar serlo? ¿Alguien puede imaginarse a Iñigo Jones preocupado por COPIARSE a Palladio, o más bien por no COPIARSE SUFICIENTE? Volviendo a la frase que usa Henry, cuando alguien dice de algo que es una copia (lo cual sugiere que el autor de la frase es capaz de hacer cosas sin copiarse de nadie, mecanismo que desconozco….) presiento que más bien quiere decir que ESO se esta COPIANDO DE AQUELLO cuando se ha DEBIDO COPIAR es de ESTO. Admiro la Casa de la Queja de Benjamín sin que ello me impida, para ampliar el espectro, admirar los quinchos de Rafael Iglesia o las cajas levitando de Gómez-Pimienta o los muros contorsionados de Dieste o los patios de Salmona o los bosques de columnas de Villanueva. Y los antecedentes de cada uno son tan explícitos como los valores propios de la «copia». Porque OJO, se puede disfrutar sin admirar y se puede admirar sin que te guste. Cada uno tiene su corazoncito, es decir, sus preferencias, sus pasiones y hasta sus perversiones, pero de ahí a convertir la posición personal en credo a ser impuesto y predicado como verdad única hay no sólo un inmenso trecho sino el riesgo de ser inmensamente injusto y hasta discriminador. Créanme que esto lo asevero como ser humano, en general, pero particularmente como venezolano sometido por diez años ya al pensamiento excluyente, al «nosotros sí-ellos no» que convierte el poder y al estadística en criterios de valoración, evidentemente contrarios a toda forma de pensamiento crítico de mínimo valor intelectual y moral…… 6. ¿Por qué nos preocupan tanto la naturaleza del validador? ¿Qué importa que hoy se llame ARQUINE, antes se haya llamado EL CROQUIS, ante SUMMA o antes L’ARCHITECTURE d’AUJORD’HUI o L’ESPRIT NOUVEAU o el HOLA? ¿Miquel Adriá es peor o mejor que Marina Waissman? ¿Cuánto de la respuesta a esta pregunta no está ligado a las mismas consideraciones sobre el AUTOR que planteé antes> ¿Que estamos en una sociedad mediática y eso implica riesgos? EVIDENTE. Pero esta realidad es tan obvia y omnipresente que seguirlo pensando como PROBLEMA no lleva ya a nada. Creo que hay que pensarlo como CONDICION y, sobre ella, TOMAR POSICION, que no puede ser darle la espalda. En una reunión en mi Universidad en la que alguien exigía que a los estudiantes se le debía prohibir el uso de la computadora en los cursos de diseño yo contesté que secundaría un decreto en estos términos con la condición de sumarle dos artículos: que todos nuestros estudiantes se comprometerían, a partir de esa fecha, a casarse vírgenes (lo que pudiera acarrear algunas medias extremas en quienes ya hubieran incumplido esta norma, pero ya se vería) y, en ucase aparte, a no probar la cerveza hasta después de los 30 años. Si queremos negar al realidad podemos hacerlo, Pero no consigue evitarla ni que siga siendo real…… 7. Por qué nos preocupan tanto la retórica? El que no haya usado una esdrújula para inflar la memoria descriptiva de un proyecto que lance la primera piedra!!!!!! ¿Cuántos han mandado un proyecto aun concurso o una revista o una Bienal o cualquier evento con una memoria que diga algo así como: «bueno, tú sabes, es una vainita ahí, no es gran cosa, repite vainas que se han hecho mil veces y nunca terminé de entender por dónde carajo entrarle, pero igual espero que les guste porque la intención es lo que cuenta y les juro que yo quería hacerlo bien»? Y si el jurado se come las esdrújulas, ¿a quién corresponde reclamar? ¿Que mucha de nuestra arquitectura actual parece comandada por la grandilocuencia de los discursos verbales y su condición fotogénica? CLARO!!!! Pero, otra vez, ¿porque el padre decida sacarse al hijo un rato de encima llevándolo a comerse una hamburguesa de plástico en McDonalds hay que culpar al hijo o hasta a McDonalds? El verdadero espíritu crítico está en despejar todo ese galimatías (paja, lo llamamos en Venezuela…), pero no como una vieja escandalizada que dice «¡a quién se la ocurre!» sino desmontando el discurso con uno que apunte a la identificación de las trampas y las demuestre. Porque si no, se trata de una retórica sobre otra retórica y, otra vez, no creo que jamás dos errores hagan un acierto…… 8. Y, para ir terminado e insistiendo en algo que ya dije a partir de una frase de Moneo ¿por qué nos preocupa tanto el momento y tan poco el tiempo? Yo confieso que la operación desarrollada en Medellín, de la que la biblioteca España es un componente, me da una mezcla de admiración sublime con envidia cochina!!!! Que daría lo que no tengo por poder escribir un texto cuyo último párrafo se congraciara, como el de Jorge, con un cambio de óptica hacia mi ciudad y mi país que permita ver que hay otras cosas que la basura cotidiana y que sigo confiando en la inteligencia de los pueblos y la simple selección natural para separa el trigo de la paja en el largo proceso del tiempo y construir, lenta pero perseverantemente, ciudades un poquito mejores (sin pretender hacer LA MEJOR ciudad) con edificios un poquito mejores (sin querer hacer EL MEJOR edificio) y con ellos contribuir a ir edificando (la raíz etimológica de «edificar» y de «ética» es la misma!) CIUDADANOS MEJORES, de a poquito, sin eventos de dimensiones épicas, sin bombos ni platillos sino con esfuerzo y tenacidad, seguramente con muchos errores y hasta varios horrores, pero con entidad, Volviendo a Moneo, uno puede estar equivocado, pero no debe estar confundido….. En cualquier caso, agradezco el zaperoco al que he tenido posibilidad de incorporarme gracias a la generosidad o inconsciencia (o ambos…) de Daniel y sigamos comunicándonos (reply to all, por favor….) hasta que la Interpol analice nuestros archivos…… y tengamos que salir todos nosotros a decir que son unos payasos (antes de que ellos lo digan de nosotros, claro; uno va a prendiendo gracias a mi comandante……) Un abrazo a todos y aguardo con impaciencia los insultos que me toquen EL _________________________________________________________
Inicio/Al grano
‘La envidia es el pecado mortal del arquitecto’: Giancarlo Mazzanti
ESTE ARQUITECTO barranquillero de 43 años, hijo de padre italiano, acaba de ganar con el Parque Biblioteca España, construido en el barrio Santo Domingo de Medellín, el Premio a la Arquitectura más Destacada de Iberoamérica en la VI Bienal de Arquitectura y Urbanismo que se llevó a cabo en Lisboa, Portugal. El jurado destacó su creatividad y calificó su obra como «un valioso trabajo que beneficia a la comunidad». CAMBIO habló con él. Foto: Archivo particular CAMBIO: ¿Qué representa este premio? GIANCARLO MAZZANTI: El reconocimiento al arduo trabajo que se hace en equipo. ¿Cuál es la característica que define el Parque Biblioteca España? Su apariencia rocosa, que se adecua a la geografía montañosa de Medellín. ¿La obra arquitectónica más importante de Colombia? La de Rogelio Salmona. Es fascinante. ¿La idea más excéntrica que ha pasado de la maqueta a la realidad? Estoy en esas porque todavía no la he logrado. ¿El momento del día en que su creatividad fluye más? Cuando abro los ojos cada mañana. ¿Una obra para enmarcar? Mi próximo proyecto. ¿Qué diseño tiene ya en maqueta? Muchos, ya que cada vez me gusta experimentar más. ¿Qué es lo fascinante de trabajar con los espacios? Que pueden producir bienestar. ¿Y lo difícil? Que no logren un beneficio social. ¿Cuál es el pecado mortal de un arquitecto? La envidia. ¿Y el primer mandamiento? Entender para quién se hace arquitectura y en qué momento histórico. ¿De qué bienes materiales no quisiera deshacerse? De mis libros. ¿Cuál es su mayor orgullo? Mi esposa y mis hijas. ____________________________________________________________________ From: Guillermo Fischer [mailto:gfischer@etb.net.co] Sent: Domingo, 25 de Mayo de 2008 11:33 a.m. To: ‘<germantellezc@hotmail.com>’ Subject: preguntas a Germán Téllez Apreciado Germán Téllez: Me sorprende descubrir que en nuestro gremio también opera la ley de la Omertà, pues me he enterado que entre los invitados a mi última cena para discutir su proceso de proyección, hubo un acuerdo de no participación en el debate. Es una lástima porque en lo personal, creo que en este debate se ha detectado una ausencia de crítica en la actualidad cuya corrección de rumbo es crucial para la salud de la arquitectura nacional. Aparte de a corriente regionalista, y algunas pocas actividades individuales, como es su caso, no ha existido en los últimos veinte años crítica alternativa a la ya mencionada; esto ha permitido el desarrollo de la actitud frívola prevalerte. Como Felipe Hernández lo ha señalado hay que hacer un esfuerzo para entendamos que la existencia de diferencias en el campo histórico y de la teoría es lo que construye nuestra riqueza. Otro punto que se hace evidente es necesidad de establecer la idoneidad de los cuerpos de los jurados de concursos y bienales dado su factor determinante en la situación denunciada en esta discusión. Un debate sin contraposición de ideas deja de serlo, y la renuencia a hacerlo, deja en el aire la acusación de ausencia de argumentos. En vista de la substracción de la materia, o mejor, de la ausencia de ella; lo invito a alimentar este importante debate, y de paso a ilustrarnos y contextualizarnos con un poco de historia patria. Dada su trayectoria crítica y teniendo en cuenta su interés, me permito pedirle algunas reflexiones a este respecto a partir de dos puntos de vista: Primero, su propia actualización de la reflexión consignada en Crítica e Imagen, hace ya más de treinta años. Me permito recordarla: «Ningún arquitecto colombiano es inventor de nada. Es una idea errónea suponer que algún concepto de diseño arquitectónico de primera importancia…El caso de Salmona no es ninguna excepción a lo anterior».(p-103) Segundo, su versión de lo que puede ser plagio en arquitectura, cómo detectarlo, exonerarlo, castigarlo, etc. Para contextualizar este punto adjunto un documento que circulé previamente y unas preguntas en las que estaba trabajando para hacerles a nuestros colegas ausentes. 1- ¿Cuando se reutilizan formas y teorías ajenas, se debe reconocer su origen, tal como se hace en los textos escritos, en los cuales se corre el riesgo de caer en plagio. O la arquitectura no se puede medir con los mismos parámetros de la escritura? 2- ¿Qué diferencia hay entre lo que Salmona llamo re-crear y el fenómeno de la copia directa del cual hemos discutido? 3- ¿Se pueden producir nuevas arquitecturas válidas siguiendo el camino copia directa? 4- ¿Qué edificios construidos en Colombia se podrían, en su opinión, considerar «buenas» y «malas» copias? Y como reflexión final: si todos copiásemos, ¿que seria de la arquitectura? Como el promotor cultural de ocasión en que me he convertido, esperando que vea en esto una oportunidad para exponer sus ideas, y con la seguridad de que todos los interesados estarán muy agradecidos, reciba anticipadamente mis especiales agradecimientos. Un cordial saludo Guillermo Fischer ______________________________________________________________ From: germantellezc@hotmail.com To: gfischer@etb.net.co Subject: cuestionario Date: Tue, 27 May 2008 12:01:52 -0500 Don Guillermo : Repasé mis notas de hace 31 años sobre la «originalidad» arquitectónica en Colombia y encuentro que no tengo nada fundamental qué actualizar ni añadir. Lo que provocó la ira del matriarcado suramericano de la historia y la crítica de la arquitectura (Waisman, Verde, Arango, García et al) sigue ahí, como si no hubieran pasado los años. La exhumación de Ustedes de ese tema me sorprende pero no tengo nada muy distinto qué decir. Mis textos en el libro sobre la obra de Salmona corroboran lo que digo. Carece de importancia que Salmona copie o no lo que le parezca. Si copia será un insigne copista. Si no, un originalísimo diseñador. Su originalidad estará en el modo de concatenar sus decisiones de diseñador y no en el presunto origen formal de los elementos que esté utilizando. ¿García Márquez tiene que inventar un alfabeto y una gramática nuevas cada vez que emprende una obra escrita o se puede decir que está copiando los de Cervantes o Lope de Vega?. ¿En «El Amor en los Tiempos del Cólera» GGM está copiando la historia cartagenera, puesto que esa novela es en un 97% un roman a clè como dicen los franceses? Todo ese debate de ustedes merecería el comentario del general de Canrobert ante el trágico y conmovedor espectáculo de la carga de la Brigada Ligera en Balaclava : (…hacia el valle de la muerte cabalgan los seiscientos…según Tennyson) : C’est magnifique, mais ceci n’est pas la guerre». Magnífico, pero eso no es hacer la guerra. Plagio es un término legal que tiene vigencia en literatura, artes visuales, arquitectura, política, etc. aunque por lo general se asocia a la copia más o menos fiel de un texto u obra «completa». También se asocia a la apropiación de una obra determinada cambiando su autoría, destino o modalidad funcional pero reteniendo lo esencial de su contenido. Estas aproximaciones definitorias legales tienen las limitaciones que bien se conocen en innumerables pleitos y discusiones al respecto. El plagio arquitectónico es más difícil de ejecutar y reconocer puesto que la obra misma implica procesos de construcción que establecen de hecho diferencias materiales entre el original y el «plagio» que podrían muy bien no estar en los planos de uno y otro. Lo que arquitectos y abogados tienen que decir sobre ésto no tiene fín. Véase el ejemplo de Guatavita La Nueva : la iglesia, por ejemplo, es un amasijo horroroso de rasgos de arquitectura popular del centro y sur de Portugal, cada uno de los cuales fue copiado primorosa y fielmente, pero la exagerada y chabacana retórica con la cual fueron mezclados, ese terco club sandwich arquitectónico de papaya y cebolla, esa manera chiflada de revolverlos le dió una lamentable originalidad. La típica «colombianada». Fíjese: autenticidad a base de copias…Habría que ver hasta qué punto nos tomamos en serio a Guatavita… Pregunta 1: Está parcialmente contestada arriba. Ya dije en «Premios Vida y Obra» que para mí la escritura, la fotografía y la arquitectura son facetas de una misma actividad creativa. Se escribe con las formas construidas. Se construye con el idioma y con las imágenes. Los parámetros de autenticidad o copia son los mismos en todos los géneros, estando basados en el juicio ético y en alguna estructura moral. Pregunta 2 : La más elemental de todas. Rogelio Salmona partía de referencias o alusiones a experiencias o espacialidades arquitectónicas preexistentes como base de decisiones de diseño en el curso de las cuales podía o no, según su voluntad, introducir alteraciones o apartarse completamente de aquellas. La copia «directa» supone que ese proceso re-creativo no será superpuesto a un determinado original y que lo que ocurrirá es una translación inalterada de los rasgos de cierta arquitectura a un nuevo contexto que también será prácticamente igual al anterior. A Salmona le «copiaron» un edificio completo por el simple proceso de cambiar el membrete de sus planos y presentarlos nuevamente a las autoridades! Pregunta 3 : Obviamente no. Pregunta 4 : Pregunta de imposible respuesta, aún con un ensayo de varios volúmenes. «Bueno» y «malo» son términos vagos de incierta incorporación al ánimo tinterillo de muchos críticos. La pregunta en sí no vale la pena. «Si todos copiásemos» no estaríamos haciendo nada distinto en arquitectura de lo ocurrido a través de la historia en China, Japón, Grecia clásica, Roma imperial, Europa medieval, España islámica, el Nuevo Mundo colonial y en el infierno mediático mundial de hoy. Repasa la historia y verás. ¿No es la catedral de Rheims una copia fiel de la de París y ésta de la de Chartres? ¿El templo dórico de Agrigento no es una copia del de Selinonte?. Por qué ese temor a copiar y esa dictadura militar de la originalidad, del ego inflado y jactancioso? ¿de veras seremos semidioses?. GERMAN TELLEZ ______________________________________________________________ El día 3 de junio de 2008 18:17, Guillermo Fischer <gfischer@etb.net.co> escribió: Estimados Todos: Me parece que la definición de los términos sigue siendo gaseosa, de modo que haré un intento por lograr claridad.
Recrear vs. Copiar
Con referencia al símil entre la copia en arquitectura y la copia en escritura, y en respuesta a la analogía de Germán Téllez con la literatura como una -gran construcción comunal en la que cada texto está vinculado a todos los otros en un gran contexto que llamamos civilización, de manera que podríamos decir que estamos escribiendo un gran único texto, analogía que comparto – encuentro varias dificultades. Entiendo que Germán está ironizando y que la analogía funciona también como una evasión a mi pregunta, pero para el caso, me parece pertinente la utilidad de pensar la arquitectura como un gran solo colectivo, cuyos elementos son patrimonio común. Así, ni el uso de elementos como una columna o un muro, ni el uso de tipologías ya compartidas podrían ser calificados de copia, y todo, de uno u otro modo, sería una continuación en la cual la originalidad sería siempre desmontable mediante la construcción de la cadena adecuada de relaciones, préstamos, influencias y reinterpretaciones. Acudiendo a Umberto Eco y sus consideraciones sobre el tema, quisiera sin embargo tratar de responder y aportar algo al debate, introduciendo algunas ideas de carácter más académico. Al tratar de comparar directamente la copia directa en arquitectura y escritura, encuentro en la analogía del gran texto de una supuesta civilización arquitectónica dos incompatibilidades: Primero, la escritura tiene como objetivo principal la comunicación; mientras la comunicación en arquitectura es apenas una posibilidad; pues si bien la arquitectura puede ser vehículo para transmitir significados, ésta no es su esencia Segundo, la escritura tiene unas reglas y definiciones precisas sobre lo que es copia, semicopia, plagio, paráfrasis, cita, etc., que son inaplicables directamente al campo de la arquitectura. Las palabras como unidades básicas de la escritura son precisas, no permiten la variación de su estructura sin perder su significado; mientras que las formas arquitectónicas pueden ser modificadas de forma ligera o radical sin que pierdan su carga significativa original. La posibilidad de establecer una copia puede ser algo científico en la escritura; en arquitectura, en cambio, no pasa de ser algo subjetivo y depende del observador. Ahora bien, si en la escritura el uso la unidad básica, la palabra, no se considera copia; el uso no citado de la unidad semiótica mayor, la frase, si es susceptible ser calificada de copia. Si la frase tiene alguna alteración sin perder su significado, se convierte en paráfrasis o semicopia. En arquitectura ¿podría el uso de paráfrasis no reconocida como tal, también ser calificado de copia? Evidentemente, la respuesta es si, siempre y cuando se logre definir la idea de un edificio como paráfrasis de la idea de otro edificio. Lo cual sigue siendo más difícil en arquitectura que en escritura. Recordemos sin embargo, que los arquitectos también hablan de sus proyectos y en lo que dicen también puede buscarse la paráfrasis. En Función y Signo, Eco nos aclara que la arquitectura trabaja esencialmente sobre códigos establecidos a lo largo de la civilización, soluciones codificadas, de manera análoga a todo sistema de comunicación. Eco encuentra que en la arquitectura se dan distintos «códigos» que a la manera de reglas facilitan su identificación y su uso, y determinan el énfasis en su construcción, y en consecuencia, en su apreciación; algunos códigos se emplean en los planos, otros en la identificación tipológica y pueden cumplir funciones semánticas o sintácticas según el tipo de análisis que se efectúe ,por ejemplo, los códigos presentes en una «iglesia» pueden variar de una época a otra, pero éstos permiten reconocer que se trata de variaciones del tipo “iglesia”. Para Eco, la definición de código en arquitectura entraña varias dificultades, sobre todo el ser limitado en posibilidades operacionales, pues el arquitecto debe trabajar sobre soluciones del código aceptadas en el momento; se ve obligado a trabajar con reglas promovidas desde las escuelas de arquitectura y normatividades estatales; adicionalmente, se enfrenta a la dificultad de la variedad de lecturas históricas de estos códigos. En arquitectura, a diferencia del código de comunicación verbal donde existe un sólo código-lenguaje y algunos subcódigos, el código arquitectónico coexiste con otros, con los cuales comparte articulaciones; llamados sintagmas. Para dar un ejemplo, las columnas, que pueden ser parte del código técnico (soportan carga) o del social, al representar estatus y poder. La manera de enfrentar estas dificultades en el manejo de los códigos arquitectónicos, ha sido focalizando la discusión en el tema tipológico (la casa de patio, el templo, el hotel, etc.) antes que en la definición de los códigos que permiten reconocer esos tipos. Ahora, interpreto de manera personal, el re-crear de Salmona como la utilización y evolución de estos códigos creados a lo largo de la historia, los cuales constituyen nuestro acervo cultural arquitectónico, códigos que como anota Eco evolucionan de manera bastante lenta. De modo que no es posible argumentar que esta manera de proceder constituye una copia, ya que se trata del modo operativo específico a la arquitectura.
Paráfrasis y Copia
Para ilustrar el tema, me veo obligado a usar un ejemplo especifico, dado que este debate nació circunstancialmente sobre el premio de la Bienal iberoamericana, usaré este proyecto. La utilización de códigos ya aceptados, no puede ser calificada de copia. Si examinamos el proyecto de David Chipperfield para Hong Kong podemos ver que utiliza, como toda creación arquitectónica, códigos ya aceptados, Sin embargo, si observamos la disposición de los volúmenes, la geometría y la forma de los accesos de los tres volúmenes del proyecto de Chipperfield podemos establecer que se trata de una variación particular del código geométrico de volumetría edilicia, el cual por su novedad y no repetición (hasta ahora) no ha devenido en todavía en código aceptado. Al ser esta variación de carácter único, le confiere su originalidad, y es precisamente la utilización de manera literal por parte de Mazzanti en la Biblioteca España de esta variación particular, lo que constituye copia. (como ha sido señalado por otros, también existen referencias también a la Casa de la Música en Porto y la Biblioteca de Seattle, ambos de Koolhaas; así como a la Piscina en Santa Cruz de los Cañamos de Bernalte y León Asociados ) I
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Umberto Eco en la Semiótica de la Mentira, define de esta manera el plagio: “Al producir un Objeto-b que copia completamente o parcialmente un Objeto-a, el Autor-b intenta ocultar la similitud entre los dos Objetos y no busca probar su identidad. Cuando un Pretendiente afirma que los dos objetos son similares, actúa como Juez y no lo afirma para engañar, sino más bien por desvelar la maniobra del Autor-b”. Se apreciará que el énfasis está puesto en la voluntad dolosa del plagiario. Si el dolo desaparece de la ecuación, el plagio se trasforma en pastiche, homenaje, juego intertextual, etc.” Comparemos las memorias: David Chipperfield – Centro Multimedia de la Universidad de Hong Kong – 2003 «La forma del edificio está inspirada tanto en su ubicación, en lo alto de una colina, como en esos grandes bloques monolíticos de roca tan comunes en las montañas de alrededor.» El Croquis No 120 p.276 Giancarlo Mazzanti. Biblioteca Parque España. «El proyecto plantea la construcción de una serie de tres volúmenes que se posan en el risco, ROCAS ARTIFICIALES, de esta manera se relacionan con la geografía, la forma del edificio tiene que ver con las grades rocas en las cimas de las montañas…” Recordemos para este efecto nuevamente la defición de copia del DRAE : “Imitación de una obra ajena, con la pretensión de que parezca original”. Y la de plagio del DRAE: «copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias» Resalto que se trata de «copiar en lo sustancial» pues evidentemente, el edificio de Chipperfield ni es una biblioteca, ni es enchapado, ni es para un clima temperado, etc. Como podemos recordar este origen no ha sido reconocido, por lo cual, según Eco, cumpliría con las condiciones para que exista la figura de copia. ¿Estoy sugiriendo que no se haga este tipo de edificios, o que no se utilice este tipo de procedimiento proyectual? No. Pero si estoy reclamando que se tenga la honestidad para aceptar el origen de las ideas y que con ello no se confunda al público. Evidentemente, no estaríamos ante un delito, dado que hasta donde yo sé no hay jurisprudencia en arquitectura que lo califique o juzgue como tal, pero resalto también que como promotor de este debate sugerí desde un comienzo que el problema es ético, y lo reafirmo. Un tema lateral, con el perdón de los arquitectos. Para los que prefieran pensar que esto es una cuestión de envidia les tengo otra petición: armen su propio debate. Les aseguro que si participo lo haré sobre el tema que propongan, siempre y cuando logren darle un carácter arquitectónico. Y bien colegas, si no he logrado demostrar la copia en la Biblioteca España, espero por lo menos haber demostrado la diferencia entre re-crear y copiar. Saludos a todos, Guillermo Fischer ________________________________________________________ From: germantellezc@hotmail.com To: gfischer@et.net.co opus mazzanti Date: Tue, 3 Jun 2008 21:49:02 -0500 Don Guillermo: OK. Eco dice muchas más cosas interesantes en Signo y Función, no necesariamente aplicables al debate sobre lo que el Opus Mazzanti pueda tener de copia. Pero está bien traer a cuento la precisión con la cual señala (cita final) lo que es y lo que no es copia en arquitectura. En mi inmensa ingenuidad y probable falta de imaginación, sigo creyendo que, a nivel de actividades creativas, escritura y arquitectura son facetas DIVERSAS de una misma idea y acción creativa. Las siento, las pienso y las practico así. Celebro que haya inteligentísimas teorías filosófico-mecánicas que tiendan a señalar lo contrario, vale decir, no las evidentes analogías sino las no menos obvias distancias entre ellas. Lo uno no impide ni anula lo otro. Algo diferente es que se puedan tomar partidos casi deportivamente por una u otra tendencia, como quien prefiere al Inter de Milán con respecto al Deportivo Pereira. Recuerdo ahora la insistencia de Rogelio Salmona en la dimensión comunicativa que debía tener su arquitectura, lo de discours, de llegar a otros seres humanos profundamente con las formas construidas. Escribió Nicolás Gómez Dávila: En el idioma de la arquitectura contemporánea no se puede decir nada complicado. Estaba hablando en ello precisamente del potencial comunicativo de la arquitectura, ausente para él en la del presente. Una arquitectura del pasado, en cambio, de complicado y difícil idioma, que signifique un reto interpretativo, es algo estupendo o maravilloso para el espíritu, así sepamos o no de Umberto Eco o del péndulo de Foucault. Y vaya si he visto en mi vida arquitecturas que no me dijeron nunca nada, o de las que no entendí qué me decían, (quizá porque no valía la pena entenderlo o por la torpeza de su lenguaje) o que farfullaban tonterías, banalidades, estupideces, lugares comunes. Y unas pocas, entre ellas dos o tres de Rogelio Salmona cuya riqueza lingüística hizo que esa compleja poesía contenida ellas me fuera comunicada con una insondable riqueza. A decir verdad, sin ironía, me interesa muy poco la proporción científica o estadística de copia o de influencias o de «referencias» en ellas o el dicho de que se es siempre el epígono de alguien más. Ignoro – y no me preocupa ya saberlo -si ironizaba o no al aproximar verbalmente la literatura y la arquitectura. Es posible. La ironía es importante. Nos salva una y otra vez del cientifismo estéril. Nos permite recuperar el buen humor o el humor negro. Experimento un profundo desánimo cuando leo en los diccionarios la definición de ironía. Prefiero gozar «como un enano» con las palabras y las ideas de Eco pero no me gusta que aquellas sean reclutadas para apoyar alguna posición dialéctica en un debate sobre una obra arquitectónica de la que aún no sé si vale o no la pena preocuparse. Copiar rocas artificiales sólo se le puede ocurrir a un arquitecto. Como la propuesta de Ramón Gómez de la Serna de hacer un estudio de la historia de la arquitectura de las nubes con énfasis en los crepúsculos con arreboles. Ese sería el cenit de la investigación, tan en boga actualmente. Prefiero las ideas originales de Guillermo Fischer y no las de «apoyo artillero táctico» de Umberto Eco, las cuales conozco mejor. Es que estoy dando por sentado a Umberto Eco pero no a Guillermo Fischer. Conozco la dimensión del pensamiento de Eco pero apenas estoy vislumbrando la de Guillermo Fischer, la cual me parece interesante aunque a un nivel intelectual muy diferente y porque hasta ahora era desconocida para mí. ¿Estará el amigo Fischer, acaso, copiando su dialéctica de algún otro autor, aunque lo mencione de nombre para darle carácter de cita? ¿ o son una re-creación de sus lecturas y reflexiones?. Con un cordial saludo pero con algo de fatiga en éste tema.¿Habrá por ventura algún otro? GERMAN TELLEZ ______________________________________________________ _________________________________________________________ From: Gustavo Arteaga [mailto:gustarte@hotmail.com] Sent: Jueves, 05 de Junio de 2008 10:48 a.m. To: gfischer@etb.net.co Subject: Gustavo Arteaga Hola Guillermo, Para muchas de las personas que seguimos este debate esta mas que claro que hay dos actores, uno que desea una línea para llegar a algo, y otros que se hacen al lado de esta línea para bombardear sin orden. Me motiva escribirte por que estando lejos, se que es importante acompañar, ya que si en algún momento las personas que sienten la autoridad para hablar se ven solas pierden energía y en ese momento perdemos todos. Lo vi mucho ya desde mi etapa de formación en el Cable de Manizales, hasta ahora viviendo en otro país. Vi como mercachifles, enlodaron un camino para sacar frutos. Te puedo nombrar muchos personas pero creo no es del caso. De tus escritos muchos estamos aprendiendo y lo mas importante estas dejando un precedente, para ordenar una debate sin caer en terrenos personales, en ofensas. Me gustaría recomendarte un texto de Jorge Silvetti que se llama las musas no se divierten, te mando el link, creo que es mas largo, no se si lo tengas ya. http://www.bazaramericano.com/arquitectura/debates/musas_silvestri.htm Es un buen resumen de algo que me toca vivir en Buenos Aires y creo que de alguna forma es el tema del mundo, a mi me llego en medio de una crisis, al estar rodeado de “programatistas” que bajo su brazo esta el delirio en NY y en el otro alumnos AA, se sienten armados. Gracias por los textos. Gustavo Arteaga. ___________________________________________________ De: Guillermo Fischer Fecha: 6 de junio de 2008, 22:54 Hola todos: Recomiendo como lectura obligada este texto de Silvetti, de una impresionante pertinencia a esta discusión. Saludos, Memo Fischer _____________________________________________________________ El día 18 de junio de 2008 8:09, Guillermo Fischer <gfischer@etb.net.co> escribió: Hola Todos Algunas personas me han sugerido hacer una demostración mas sencilla de la diferencia entre lo que es recrear y copiar en arquitectura, sin recurrir a la semiología. Acometo el encargo por medio de analogías con otros campos de la estética y de algunas ayudas visuales que en el caso de la arquitectura parecen ser la manera más indicada para la efectividad de la demostración.
El recrear
En el campo literario tiene orígenes muy antiguos, la épica en nuestra lengua parece tener su origen en la forma conocida como Mester de Juglería. El juglar trabajaba sobre poemas memorizados, los Cantares de Gesta, ante diferentes tipos de público y diversos lugares, lo que lo obligaba a hacer variaciones en cada momento, no solamente para ser entendido sino aceptado. De esta manera, estos poemas épicos estaban inmersos en un proceso continuo de renovación, el cual desapareció con el advenimiento de la escritura en las lenguas romances. La comparación con la pintura nos puede ofrecer muchos ejemplos de recreación; ilustro uno bien conocido, Las Meninas de Velásquez y las de Picasso, donde ocurre una dialéctica entre el original que conocemos y la tensión estética producida por la variación Picassiana. En la música, encontramos un ejemplo todavía más claro en el jazz y su construcción de variaciones sobre temas ya canónicos. En arquitectura, la casa de patio, cuantas variaciones conocemos sobre este tipo? Pero nada como la demostración gráfica. Ilustro aquí con un ejemplo concreto: la Villa Savoye de LC y dos de sus derivaciones conscientes y explícitas: la Villa dall´Ava de Rem Koolhaas y la tienda Forma de Paulo Mendes da Rocha. En ambas son evidentes las variaciones temáticas sobre el paralelepípedo sobre pilotis, la rampa, la ventana, etc.; y en ambas es evidente, al menos para mí, que no se puede hablar de copia.
La copia
En literatura existe la ya citada definición y precisa del DRAE: «Imitación de una obra ajena, con la pretensión de que parezca original». En pintura, coincide con la definición del DRAE, aunque vale la pena aclarar que existe una modalidad que es la copia autorizada, eufemísticamente llamada «múltiple» En la música el uso de más de ocho compases califica como plagio. Y en arquitectura? Recurro nuevamente a la efectividad de la imagen, para que sean Uds. mismos quienes lleguen a la conclusión de qué, efectivamente, se trataría de copia.
Para todos, un cordial saludo,
Guillermo Fischer
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El día 19 de junio de 2008 18:17, Enrique Larrañaga <ealv@movistar.net.ve> escribió: El tema es fascinante sobre todo, como todo lo que se «asienta» en arenas movedizas, se puede empujar a donde se quiera o, como se dice, «arrimar cada uno la sardina para su brasa». Confieso una personal y casi ancestral a la técnica de comparación directa de imágenes (aunque fui alumno y asistente de Vincent Scully; o quizá por ello) que no sólo aprovecha la condición plana de la foto sino que recurre a los atajos del razonamiento plano (sic). Pero también disfruto las comparaciones sobre todo cuando permiten ver en simultáneo cosas que uno disfruta, bien porque las admire, porque las aprecie o le gusten, que son reacciones perfectamente diferenciables y generalmente MUY distintas…. del panteón a schinkel y más, vía palladio y jefferson…. En todo caso, un poquito más de gasolina al debate que, entre otras cosas, permite mantenerse en contacto, aunque sea virtual y con varios silencios, con gente que conozco y estimo y otr@s que estimo sin conocer y hasta otr@s que conozco y no estimo tanto, y con quienes estoy de acuerdo o en desacuerdo independientemente de cualquier combinación de variables …… Vida e intercambio, que llaman…… Saludos a tod@s