Para no repetir un error –o un delito– es necesario conocerlo. Por eso insistíamos en saber realmente cual fue la causa de la caída del edificio SPACE en Medellín. Y ante la ausencia de un informe serio, pensábamos resignados: el tiempo lo dirá.
Y El Tiempo ((Articulo en el tiempo: http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-13766222.html)), lo dijo. Pero lo dijo mal. El prestigioso matutino en su edición de Abril 2 de 2014 informó que la Fiscalía imputará cargos a cinco personas, y que sus peritos “entregaron un informe con más de mil fallas”. No sabemos si las pocas fallas citadas por el periódico corresponden a lo dicho en el informe, o es la versión de un periodista. Me inclino más a pensar lo segundo. En todo caso, la información, en lugar de aclarar, confunde más a los lectores.
Veamos cuales fueron, según El Tiempo, dichas fallas. “La Fiscalía encontró que el concreto usado no se había dejado secar el tiempo necesario para alcanzar su máximo nivel de resistencia” . Todos sabemos que el concreto fragua durante mucho tiempo, y que a los 28 días debe alcanzar la resistencia para la cual fue diseñada la estructura. Al momento del colapso la estructura tenía mucho más de 28 días. Lo que importa saber es si en ese momento había alcanzado la resistencia estipulada en el diseño.
Más adelante dice El Tiempo que “las vigas no tenían refuerzos para evitar que se doblaran”. Ningún profesional ni maestro de obra fundiría una viga sin refuerzo. Y de hacerlo se habría caído al momento de descimbrarla. Otra cosa es que el refuerzo haya sido insuficiente. Continúa con que “además, que estaban muy apartadas entre sí, lo que hacía más débil el esqueleto del edificio”. La distancia entre vigas no importa, siempre y cuando hayan sido calculadas para esa distancia.
Tal vez la acusación más grave de las citadas por El Tiempo es que “La obra inicialmente estaba prevista para 22 pisos y los cálculos y diseños se hicieron sobre ese plan. Sin embargo, finalmente se construyeron 26 pisos”. Si la estructura ya estaba comenzada, era necesario demostrar que los diseños originales cumplían con los códigos, aún con los cuatro pisos adicionales. Si no estaba comenzada se deberían presentar nuevos diseños y, en ambos casos, era obligación de la curaduría revisar los nuevos cálculos.
En todo caso, podemos sacar de la información de El Tiempo algunos datos positivos. En primer lugar, que el proceso no es solamente civil: es un proceso penal y la justicia ya está tratando de identificar a los culpables de la tragedia. Y en segundo lugar, que los curadores tienen la obligación de revisar y aprobar los diseños estructurales, y todas las condiciones de seguridad de los edificios, por lo cual están cobrando.
El ingeniero Eduardo Behrenz, decano de ingeniería de la Universidad de los Andes, prometió entregar en cuatro días el informe –este sí– que aclare de forma definitiva las causas del derrumbe, ojalá sin pasar antes por las manos inexpertas de un periodista. El tiempo lo dirá. Pero no El Tiempo.
* Las fotos utilizadas en este artículo son de Germán Téllez Castañeda.
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